«Vivir a Beethoven» a través de su música
Viena, ciudad en la que Ludwig van Beethoven compuso sus grandes obras, ha abierto un museo para descubrir su lado más humano en el mismo lugar en el que vivió y creó.

El primer Museo de Beethoven en Viena ha abierto sus puertas con la propuesta de descubrir al compositor a través de seis salas que reflejan distintos aspectos de su vida desde que llegase a la capital austríaca en 1792 hasta su muerte en 1827. El museo se sitúa en la casa de las afueras de Viena a la que Beethoven se mudó en 1802 por prescripción médica, para intentar calmar las molestias que le causaban las distintas enfermedades que padecía, sobre todo su incipiente sordera.
«Hemos atendido en detalle la composición de cada sala, para que cada una tenga su propia atmósfera y su visita sea una experiencia en sí misma», apunta William Kinderman, comisario del museo. La exposición muestra cómo afectó al músico mudarse a Viena cuando era un joven de 22 años impresionado por la Revolución Francesa, admirador de los valores liberales y de Napoleón Bonaparte.
Su traslado no solo implicaba convivir con la ausencia que había dejado la reciente muerte de Mozart, de quien quiso ser discípulo, sino adaptarse a las rígidas formas de la corte de los Habsburgo.
El compositor pasó toda su vida entre dos mundos totalmente herméticos, la burguesía a la que pertenecía, y la aristocracia, que le aceptaba por su fama pero que siempre marcó barreras sociales que el compositor no podía traspasar.
El hilo conductor de las seis salas que componen la muestra es, lógicamente, la obra de Beethoven, que es la banda sonora de cada una de las salas.
La exposición permite asomarse al proceso de composición del músico. En la estancia “Composición” encontramos bocetos originales y pantallas interactivas que muestran las distintas variaciones que hizo Beethoven a la hora de crear grandes obras como la sinfonía “Heroica” o la sonata “La tempestad”. En la misma sala conviven sus grandes obras con el lado más oscuro de su vida, su progresiva sordera.
La exposición permite al usuario hacer uso de unos auriculares que reproducen el bucle de la Novena Sinfonía, que va perdiendo volumen y nitidez, reflejando el proceso de pérdida de audición del artista que le dejaría completamente sordo en 1818. El museo busca mostrar al hombre detrás del mito, pero de una manera particular, lejos de propuestas clásicas.

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