En poco tiempo Disney se ha convertido en el estudio de cine más poderoso sobre la tierra, muy lejos ya del exclusivo ámbito infantil ideado por el tío Walt. Las sucesivas adquisiciones de Pixar, Marvel y la Fox han sido decisivas a la hora de controlar el negocio del entretenimiento audiovisual.

Y si ya tienen en sus manos el universo de los cuentos tradicionales y el del cómic, a partir de ahora se van a ir haciendo con el literario para adultos, a través de la escritora más leída de todos los tiempos.

Kenneth Branagh lo tiene claro, y, tras intentar ser el sucesor de Laurence Olivier como depositario cinematográfico del legado de William Shakespeare, apuesta por quedarse con la incalculable herencia de Agatha Christie.

La nueva adaptación de “Asesinato en el Orient Express” lleva ya recaudados más de 300 millones de dólares, por lo que el cineasta y actor irlandés se apresuró a anunciar el rodaje de “Muerte en el Nilo” a modo de continuación, repitiendo en la dirección y en el papel del detective Poirot.

Branagh no es nadie para arrogarse el absoluto control sobre la obra de la creadora de Poirot y otros personajes como la señorita Marple, Parker Pyne o el watsoniano Hastings. Y el resto de la industria tiene derecho a adaptar otros títulos del universo Christie, incluso su predilecto “La casa torcida”, de inminente estreno y hecho en Gran Bretaña co