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Kurdos de Siria llaman a la población a tomar las armas frente la ofensiva turca

Los kurdos de Siria llamaron ayer a la población a tomar las armas para defender el enclave de Afrin, en el cuarto día de ofensiva militar de Turquía, que ha sufrido su tercera baja y a quien EEUU, hasta ahora aliado de las milicias kurdas, pidió «moderar» su operación.

Las autoridades kurdas del cantón de Jazira, uno de los tres territorios de Rojava controlados por la milicias kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) junto a Afrin y Kobane, en el norte de Siria, emitieron ayer el decreto de una «movilización general» de la población y llamaron «a todos los hijos de nuestro pueblo a defender Afrin» con las armas. Mientras, Turquía continuaba con su ofensiva militar contra el enclave kurdo y EEUU pedía «contención», al advertir de que esos combates pueden ser explotados por el Estado Islámico (ISIS) o Al Qaeda y desestabilizar una región que hasta ahora se ha mantenido relativamente al margen de la guerra.

Ayer se produjeron violentos enfrentamientos en la región de Afrin, bastión de las YPG, a las que Turquía quiere combatir y que hasta ahora han tenido el respaldo de EEUU.

Mientras la aviación y la artillería de Turquía reanudaron sus bombardeos, los soldados turcos y sus aliados sirios lanzaron un nuevo asalto, al entrar en el pueblo de Qastal Jando. En este sector, las fuerzas proturcas lograron hacerse con el control del Monte Barsaya el lunes, pero horas después fue recuperado por las YPG.

La ofensiva lanzada el sábado por el Ejército turco y bautizada «Ramo de olivo» ha abierto un nuevo frente en el complejo conflicto sirio que ha generado «preocupación» en la Unión Europea y tímidas críticas en EEUU.

Visita estadounidense a Raqa

El secretario estadounidense de Defensa, Jim Mattis, pidió a Turquía «contención tanto en sus operaciones militares como en su retórica». Según Mattis, la operación perturba el regreso pacífico de los refugiados sirios y podría desencadenar una nueva crisis humanitaria en una zona que se estaba estabilizando. Y advirtió de que este nuevo frente de batalla puede ser explotado en su beneficio por el ISIS o Al Qaeda.

Mattis admitió preocupaciones de seguridad «legítimas» de Ankara, aunque insistió en que la estrategia de su país en Siria pasa, entre otras cosas, por su apoyo a las kurdo-árabes Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), de las que las YPG son el componente principal. El Ejército turco confirmó la muerte de dos soldados –tres según un comunicado militar citado por CNNTürk– que participaban en esta operación, que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, insistió ayer que continuará «hasta la victoria» y en que está dirigida «solo contra los grupos terroristas».

Además, han fallecido cerca de 80 combatientes de las YPG y de los grupos rebeldes sirios proturcos, y 28 civiles, la mayoría en bombardeos, aunque Ankara niega ataques a civiles. Mientras se desarrolla la operación turca sobre Afrin, el jefe del Comando Central de EEUU, general Joseph Votel, y el máximo responsable de la Agencia de Cooperación Internacional estadounidense (Usaid), Mark Green, visitaron la provincia de Raqqa para evaluar el estado de la población y el nivel de destrucción.

Visitaron Ain Aisa, en el norte de la región, y la ciudad de Raqqa, antigua capital del «califato» del ISIS, de donde fue expulsado en octubre por las FDS con apoyo de EEUU.

Además, coincidiendo con la operación «Rama de Olivo», el lunes el Ejército turco bombardeó en la región de Zab, en las montañas de Qandil (Kurdistán Sur), varios refugios y depósitos de armas del PKK, que preparaba un ataque contra las bases de las fuerzas de seguridad turcas en la frontera turco-iraquí, según la versión oficial de Ankara, que aseguró su destrucción.

Cumbre contra el uso de armas químicas en Siria

Representantes de más de veinte países acordaron ayer en París presionar para que se impongan sanciones contra el uso de armas químicas en Siria, en una cita en la que el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, denunció la «responsabilidad» de Rusia en esos ataques, el último de los cuales se registró e Ghuta Oriental el lunes y del que acusó a Damasco. «Sea quien sea el autor de estos ataques, Rusia es en última instancia responsable», señaló Tillerson durante el encuentro en el que se lanzó esta nueva iniciativa internacional en respuesta al reciente veto ruso en la ONU al proyecto de resolución para renovar el mandato de los expertos que investigan el uso de armas químicas en Siria. «No se puede negar que Rusia, al proteger a su aliado sirio, ha incumplido sus compromisos con EEUU como garante del marco» que supervisa la destrucción de las reservas de armas químicas de Siria, según lo acordado en setiembre de 2013, agregó. EEUU cree que Rusia no logra controlar a Bashar al-Assad, cuyo régimen ha sido acusado en varias ocasiones de utilizar armas químicas. GARA