Siempre hay ganas de descubrir a un nuevo niño prodigio del cine, y están los que creen haberlo encontrado en el debutante Cory Finley, que también ejerce como precoz dramaturgo, y de hecho en principio “Thoroughbreds” iba a ser una obra de teatro, pero acabó en guion cinematográfico. La historia que ha escrito diríase la versión femenina del famoso caso que en los años 20 conmovió a la opinión pública de los Estados Unidos, al tratarse de un calculado asesinato llevado a cabo por dos estudiantes que querían, desde su superioridad intelectual, experimentar y probar la teoría del crimen perfecto. Por ser tan significativo este hecho histórico inspiró dos magistrales películas: “La soga” (1948) de Alfred Hitchcock e “Impulso criminal” (1959) de Richard Fleischer.

En la película de Finley las chicas que planean juntas la muerte de un adulto son interpretadas por las ascendentes Olivia Cooke y Anya Taylor-Joy, respondiendo respectivamente a los nombres de Amanda y Lily. La una es más marginal que la otra, pues la segunda tiene una padrastro adinerado del que le gustaría deshacerse. Ambas viven en una lujosa urbanización para familias acomodadas de Connecticut, pero se siente atrapadas en esa jaula de oro y necesitan romper los barrotes.

Predomina el tono de comedia negra, sin salirse de las referencias al cine adolescente inspirado por “Escuela de jóvenes asesinos” (1988). Tras su ópera prima independiente, Finley ya ha sido llamado por Hollywood para realizar “Bad Education”.