Arnaitz GORRITI
BALONCESTO

El Baskonia gana a las bravas

KIROLBET BASKONIA 85

DELTECO GIPUZKOA BASKET 66


Poco más de media entrada para un derbi tan decantado en un principio, coincidente con Kilometroak y el arranque de la temporada. No parecía que Delteco Gipuzkoa Basket fuera capaz de plantar cara a un Kirolbet Baskonia rabioso tras perder en Burgos entre semana. Hubo aplausos de inicio para los exbaskonistas Corbacho y Valdeolmillos, así como irregularidad en el bando gasteiztarra; aunque su superioridad fue evidente cuando, a partir del tercer cuarto, le impuso una potencia física al derbi que GBC simplemente no pudo sostener.

La guerra de los guipuzcoanos no está en plazas como el Buesa Arena, sino en hacerse fuerte en Illunbe y batir a rivales de «su» liga. De ahí la gravedad del mal arranque ante el Fuenlabrada y el no saber rematar en Zaragoza, porque ante adversarios sitos dos escalones por encima, plantearse ganar es poco menos que una quimera. Tal vez por eso Valdeolmillos dejara a Gutiérrez, Nevels y Sekulic en el banquillo de buen inicio, dando la alternativa a Dani Pérez, Van Lacke y Barro en su lugar.

Mala idea, porque el arranque cumplió los pronósticos más tétricos. Valdeolmillos debió parar el juego a los tres minutos y medio porque los baskonistas ya se habían escapado por 14-4. Ya para entonces Shields y Hilliard mostraron más contacto con el balón que el exhibido en Burgos, mientras que Bobrov parecía la única respuesta viable en el seno donostiarra. De hecho, la única nota de color del arranque la ponía Indar Baskonia Hintxa Taldea, recordando el difícil trance de diez de sus integrantes al grito de «Hintxa izatea ez da delitua».

Nevels le da picante

Otro que vivió una mañana plácida era Johannes Voigtmann, uno de los señalados tras la derrota en el Coliseo burgalés, quizá afectado por su reciente paternidad. En todo caso, el alemán pudo moverse a gusto, mostrándose certero en los triples. Mientras, en el seno donostiarra la entrada de Nevels y Gutiérrez le dio brío a su juego, aunque al final del primer cuarto un marcador de 24-11 mostraba la «inevitabilidad» del destino guipuzcoano en Zurbano. Y para contrastar un dato casi aterrador, solo Nevels y Bobrov lograrían anotar aunque fuera un punto en los diez primeros minutos, mientras que en el seno gasteiztarra habría un total de siete anotadores distintos.

Tal vez por todo lo explicado,, Kirolbet Baskonia se aletargó en el segundo cuarto. Tanto es así, que se vieron jugadas rocambolescas como el tapón de Corbacho al intento de mate de Shengelia o la increíble –¿en falta?– forma en la que Salvó evitó una pérdida por campo atrás y, a la vez, el mate de Voigtmann.

La afición reunida en el Buesa Arena despertó del plácido sueño porque GBC había logrado endosar un parcial de 3-12 gracias al acierto en el triple y con Jorge Gutiérrez queriendo creer en su equipo. Aquel parcial se estiró hasta el 5-19, para que Mohammed Barro empatase a 32, un empate efímero porque los gasteiztarras reaccionaron, pese a mostrar un nivel menor respecto de sus capacidades. Pero sobre todo, los gasteiztarras se vieron incapaces de parar a Nevels, autor de 15 de sus 22 tantos antes del receso, logrando llegar al descanso ganando por solo 40-38. En el bando donostiarra se echaba de menos mayor participación de Bobrov, eclipsado tras su arranque, o que Salvó no solo se limitara a tirar de tres, pero los de Valdeolmillos se mantenían con vida. Había que ver hasta cuándo iba a permitirlo el Baskonia.

Terapia de choque

Tras el descanso, volvió la defensa al seno de Kirolbet Baskonia y se volvió a cerrar el aro para Delteco Gipuzkoa Basket. Los de Valdeolmillos al fin lograban contactar con Sekulic, pero en el bando gasteiztarra Janning calentó la muñeca mientras que Huertas postulaba a ser el mejor base de su terna, en detrimento del castigado Vildoza. Pedro Martínez puso, al parecer, las cosas claras y los suyos le hicieron caso.

Empezando por el rebote ofensivo. Los gasteiztarras cargaron en el tercer cuarto más que en toda la primera mitad. Ello les produjo un sinfín de segundas y terceras opciones, amén de disponer de muchos más tiros libres, no sin mucho acierto, pero que cargaba de faltas a la batería interior guipuzcoana.

Por otro lado, GBC tampoco aprovechaba sus viajes a la línea de tiros libres, lo que unido a su inferioridad física, le condujo a perder sus opciones en un tercer cuarto en el que se decidió el derbi más por coraje del Baskonia que por calidad pura.

Inconformismo, pero por muy distintos motivos

Ni Pedro Martínez ni Sergio Valdeolmillos estaban contentos del todo, aunque cada uno tenía sus razones. Pedro Martínez quiso reducirlo todo a «hemos tenido momentos buenos y menos buenos».

Al ser preguntado, se mostró satisfecho con «la entrada» y la «agresividad del tercer cuarto», mientras que lamentó perder «chispa y actividad en defensa» en el segundo asalto. «No sé cuándo fue la última vez que acabé contento con la defensa. Hoy, tampoco», dijo. Mientras, al ser cuestionado sobre el 18 de 29 en tiros libres, dijo que «el acierto y el desacierto es contagioso, sobre todo si crees que a la media parte debes ganar de 37 y solo ganas de dos. Eso influye a los jugadores», explicó.

Valdeolmillos definió el derbi como «luchar contra corriente», pero no quiso ser conformista. «Estamos lejos de dar lo mejor de nosotros mismos, y por eso no me conformo ni me vale perder de 19 ante el Baskonia. Tenemos que ganar partidos ya», afirmó. A. G.