Con gran sigilo sobre el formato que se iba a emplear, Esquerra tenía anunciada desde hace tiempo una conferencia de su presidente, Oriol Junqueras, en el Sant Jordi Club, para la tarde de ayer. Finalmente fue con un holograma y a través de la voz de seis personas como las 2.500 personas congregadas escucharon las reflexiones del dirigente encarcelado, para quien la Fiscalía pide la pena más alta en el juicio contra el 1-O: 25 años.

La conferencia, de más de una hora de duración, tuvo momentos de todos los colores, si bien podría resumirse en tres ejes sobre los que Junqueras propone a los suyos afrontar los tiempos que vienen. El más inmediato, el juicio, que ayer encaró con una óptica indiscutiblemente política: «Tenemos la oportunidad de cambiar la historia. Haremos que quien acabe sentado en el banco de los acusados sea el Estado. El tiempo y la justicia internacional nos darán la razón».

Un alegato político encabezado con una formulación clara y concisa –«lo volvería a hacer»–, seguida de una afirmación que había quedado en impasse: «No renunciamos a ninguna vía democrática y pacífica para conseguir la República Catalana. Si es necesario apostaremos por la vía de la movilización masiva y la desobediencia civil».

Elecciones en mayo

Pero el juicio no fue el eje de la conferencia, si bien así podría pensarse dado que está previsto que la vista oral pueda iniciarse la semana que viene. Lo de ayer fue sobre todo un acto de partido en el que Junqueras dio instrucciones muy claras a los suyos, con una idea central: las elecciones de mayo son cruciales; en especial las de Barcelona. No fue casual que dos de las personas que ayer le pusieron voz fuesen el candidato a la capital catalana, Ernest Maragall, y la candidata a las europeas, Diana Riba, que comparte cartel con Josu Juaristi (EH Bildu) y el propio Junqueras. «Las municipales son una prueba de fuego en toda Catalunya. Barcelona debe volver a ser el referente mundial de la lucha por la libertad y antifascista. Solo lo podrá hacer si ejerce de capital de la Catalunya republicana», se leyó

Olor a precampaña acompañado de recados para la Crida Nacional recién arrancada por Carles Puigdemont –«representamos el independentismo abierto y efectivo»– y aliñada con la visión de Junqueras para el futuro inmediato, que pidió afrontar con realismo. Es decir, con calma. Lo hizo tras recordar el crecimiento de la extrema derecha y la involución democrática en el Estado español, así como «la deriva autoritaria» que se cierne sobre Europa.

A modo de resumen: «Un camino factible hacia la República debe basarse en el fortalecimiento del movimiento republicano y el debilitamiento del régimen del 78 (...). Eso no se consigue solo con una dos batallas decisivas, sino con un paciente trabajo».

Erri di Luca y Pérez Royo, entre los observadores ante el TS

International Trial Watch, la iniciativa de un amplio grupo de juristas para formar una misión de observación para el juicio contra el 1-O anunció ayer los nombres de quienes seguirán el día a día del proceso. Aunque la inmensa mayoría son académicos del derecho de todo el Estado, destacan la exvicepresidenta del Parlamento Europeo Luisa Morgantini, el abogado quebequés John Philpot y el escritor y activista italiano Erri di Luca.

En la misión de observación, que cuenta con el apoyo de la Federación Internacional por los Derechos Humanos, el EuroMed Rights, el Front Line Defenders o la Asociación de Abogados Europeos Demócratas, entre otros muchos, también participan nombres conocidos como el jurista Javier Pérez Royo, así como los catedráticos de la UPV-EHU Iñaki Lasagabaster, Iñaki Esparza y José Manuel Castells. Todo este equipo será coordinado por la catedrática de Derecho Constitucional de la UAB Mercè Barceló y por el Director del Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos de la Universitat de Barcelona (UB), Iñaki Rivera.

Queda por ver todavía, sin embargo, el lugar que ocupen los observadores en el juicio. La Fiscalía ya se ha pronunciado en contra de su presencia.B.Z.