Raimundo Fitero
DE REOJO

Zelenski

Ucrania también existe. Es un país con grave conflicto interno, fronterizo con la Rusia de Putin, un campo de influencias geopolíticas de gran importancia. Acaban de celebrar la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales y ha ganado Volodímir Zelenski con un porcentaje de diferencia arrollador. El nuevo presidente es un actor, con mucha vis cómica, ruso parlante, que obtuvo fama al interpretar en una serie de éxito, “El siervo del pueblo” un personaje de profesor de historia que acaba como presidente de su país. Estamos, pues, ante un nuevo ejemplo de un recién llegado a la política, con mucha carga popular por su trabajo, que rompe los esquemas y que va a estar al frente de Ucrania en un momento muy complicado. Quizás sea una tendencia universal. Quizás se pueda explicar como la asunción de los nuevos populismos que intentan cambiar el mapa tradicional. Miraremos a Ucrania con atención, pese a que los medios de comunicación que nos despistan se hayan quedado en la figura del cómico. Ha pasado algo importante.

Sri Lanka vuelve desgraciadamente a los titulares por unas acciones de violencia que consideramos política, atentados en iglesias católicas y centros turísticos, cientos de muertos, muchos heridos y, de nuevo, el vacío informativo. ¿Qué pasa ahí para que aparezcan estas muestras de violencia? Esa plaga que todo lo transforma en un consumo, al que unos veneran como a un becerro de oro, el turismo, tapa las realidades sociales donde ejerce. Se ven playas, cocoteros, paraísos, pero no interesa saber qué sucede con las personas que nos sirven, que limpian nuestros apartamentos, que conducen los autobuses, que cocinan en los restaurantes. Y ahí es dónde quizás encontremos algunas de las claves de sucedido. Indican que puede ser una acción de un grupo yihadista local. Puede.