No es la primera película que el chileno Sebastián Lelio rueda en inglés, ya que antes de dar el salto a Hollywood había hecho una incursión en el cine británico con “Disobedience” (2017), protagonizada por Rachel Weisz y Rachel McAdams. Le sirvió para demostrar que ante todo es un gran director de actrices, y que da igual el idioma en que se expresen porque siempre saca lo mejor de las intérpretes a las que dirige. Hay que recordar que con “Gloria” (2013) la estelar Paulina García obtuvo en la Berlinale el premio de Mejor Actriz en una memorable caracterización, por lo que para hacer el remake anglosajón solo podía contar con alguien en la plenitud de su carrera como Julianne Moore.

Sebastián Lelio es de los cineastas que no dan puntada sin hilo, de los que preparan sus proyectos a conciencia, por eso la crítica ha sido unánime a la hora de reconocer que “Gloria Bell” (2018) no desmerece con respecto a la película original que él mismo realizó en su país de procedencia. Su desembarco en Hollywood ha sido muy calculado, al contar en la producción con el respaldo de Pablo Larrain, otro cineasta chileno que ya tiene experiencia trabajando en Los Angeles, la ciudad en la que se ambienta la nueva versión.

Y los cambios son ambientales, de acuerdo con las nuevas localizaciones. La protagonista acude ahora a bailar en discotecas en las que se escuchan oldies y acude gente madura. El anterior tema central que fue el “Eres” de Massiel ha sido reemplazado por el “Gloria” de Umberto Tozzi en la versión en inglés de Laura Branigan.

También su intento de emparejamiento gana, gracias a tener como compañero de reparto a John Turturro. Pero esta mujer en la cincuentena tiene muy claro que necesita ser fiel a sí misma, y que no depende de nadie para ser feliz o para seguir intentándolo a su manera.