Desconocida hasta 2012, el arma, un revólver Lefaucheux, de un calibre de 7 mm y valorada entre 40.000 y 60.000 euros, fue descubierta en 1965 por un agricultor en el mismo campo donde Vincent Van Gogh puso fin a sus días el 27 de julio de 1890, en Auvers-sur-Oise, al norte de París. El artista holandés se disparó una bala en el pecho y murió dos días después en el albergue donde se había instalado. Tras su hallazgo, el agricultor entregó el revólver –muy dañado– a Arthur Ravoux, propietario del albergue, y desde entonces había permanecido en la familia.

Fue presentado públicamente por primera vez en 2012 con la aparición de un libro “Aurait-on retrouvé l'arme du suicide?” sobre la historia del revólver. Pese a que no es posible verificar formalmente que se trata del arma que mató a Van Gogh, varios indicios hacen verosímil esta hipótesis. Además de ser hallada en el mismo lugar donde Van Gogh falleció, el calibre corresponde a la bala descrita por el doctor Paul Gachet que lo asistió durante su agonía y además, la naturaleza de la herida concuerda con la débil potencia del arma. Los estudios científicos indican que el revólver, considerado como «el arma más famosa de la historia del arte», permaneció en el suelo durante 75 años, el tiempo transcurrido hasta su hallazgo.