El «pensamiento intruso» de dos mujeres aparentemente diferentes
La candidata a subinspectora Bruna es la encargada de darle a Ada la noticia que pondrá su vida del revés. Su marido ha muerto, y ella debe hacer frente a una situación límite. Pide ayuda y consigue salir del agujero negro en el que había caído. Mientras, su antítesis, la siempre positiva Bruna, necesita analizar su parte más oscura para sobrellevar un caso difícil. Las protagonistas de «Marionetas sin hilos» de Tadea Lizarbe tienen en común más de lo que creen.

La navarra Tadea Lizarbe ha publicado su tercera novela, “Marionetas sin hilos” (Harper Collins), después del éxito de sus dos anteriores títulos, “Comiendo sonrisas a solas”, finalista del Premio Planeta en 2014, y “La ordenada vida del Doctor Alarcón”, que se ha publicado en Portugal y México.
En su nueva aventura vuelve al thriller para contar la historia de dos mujeres aparentemente muy diferentes entre sí, pero que descubrirán que tienen más en común de lo que creen.
«Son personajes profundos que no quiero que se queden en la ficción, quiero que el lector se quede con ellos», explica. Conocemos a Ada y Bruna a la vez. Bruna le da una noticia a Ada que no puede asumir «pero encuentra la manera de salir adelante explorando su parte más oculta». Bruna, por su parte, es una aspirante a subinspectora, «absolutamente positiva con la vida, pero a la que una extraña muerte en un caso le hace explorar también su parte oscura». Una es el extremo de la negatividad y la otra el de la positividad. Sin embargo, ambas tuvieron una infancia con «comportamientos extraños». «Teniendo la misma infancia toman decisiones distintas en la vida, pero esa infancia les marca. Está escrita en primera persona, y hay frases que están escritas igual cuando habla Ada que cuando habla Bruna», asegura Lizarbe. En apariencia son dos historias paralelas pero el lector irá encontrando pistas de cómo están relacionadas.
En esta novela, al igual que en la anterior, hace referencia al «pensamiento intruso», de hecho es el hilo conductor de la historia. «Todos tenemos un titiritero, y en el momento en que podamos ponerle nombre podremos cortar los hilos y elegir libremente. Es un impulso interno que nos invade y nos hace hacer algo sin que nos demos cuenta del motivo. Es lo que se dice moverse por las tripas», comenta.
Salud mental
La primera parte de “Marionetas sin hilos” se desarrolla en la planta siquiátrica de un hospital. La protagonista padece una tristeza extrema por la pérdida de su marido y ve necesario que la ingresen en una planta siquiátrica, pero, según explica la escritora, no se va con un diagnóstico de salud mental. «Ella tiene un momento de crisis y quiere acabar con su vida, ingresa, contienen esa crisis o creen contenerla, y sale. Es un proceso como si te rompes una pierna y vas al hospital», asegura Lizarbe, que también es profesional de siquiatría.
«Me gustaría dejar de hablar de enfermedad mental y hablar de salud mental. Es decir, hablar de síntomas que todos padecemos; todos padecemos tristeza e incluso a veces dudamos de si es el límite de la depresión, todos padecemos estrés, ansiedad… en esta novela no hay diagnósticos de salud mental precisamente para empatizar con nos personajes que se comportan de manera que de primeras podríamos pensar que no nos es posible empatizar», subraya.
En su opinión hay dos tipos de información sobre la salud mental. Por un lado es la que recibimos externamente y por otro nuestra información interna, nuestras propias vivencias «a las que no les hacemos mucho caso». La autora cree que poco a poco vamos a «empezar a hacerles caso a esas vivencias, a esos sentimientos que nos dan pistas» y por ello desaparecerá el estigma que tiene la salud mental.
La muerte
La historia que se nos presenta tiene numerosos ingredientes que conforman una compleja novela negra. Uno de ellos es el amor demostrándonos que el romance no está reñido con el thriller. Una cosa curiosa al abrir el libro por primera vez es que advierte que no es una historia triste. «La noticia de que ha muerto el marido de Ada para algunos lectores será una noticia triste, pero para otros lectores será una gran noticia por el modo en que cambia la protagonista. La advertencia es una pista que hace visualizar que va más allá, que la trama no es sobre la muerte del marido sino sobre cómo progresa Ada», manifiesta.
Aunque hace poco más de un mes que “Marionetas sin hilos” fue publicada, Lizarbe ya está recibiendo comentarios positivos. Confiesa que «estaba muerta de miedo» porque con este texto se ha expuesto más. Mientras el libro hace su camino, ya ha comenzado a escribir su próxima historia, que será otro thriller. «Si te gusta escribir no tiene mérito porque buscas tiempo de donde sea, es una necesidad», culmina.
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