M.I.
EL EMPERADOR DE PARÍS

Cassel reemplaza a Depardieu como Vidocq

P uede que Vidocq sea uno de los personajes reales que más ha inspirado a la literatura y el cine francófonos, ya que de él escribieron Balzac y Victor Hugo, para dar el salto a la gran pantalla ya desde la etapa muda. Con el sonoro fue inmortalizado por Jacques Daroy en “Vidocq” (1939), e incluso Douglas Sirk se ocupó de él en “Escándalo en París” (1946). Su aparición más reciente fue en la versión del dibujante y cineasta Pitof, que bajo el título otra vez de “Vidocq” (2001) fue encarnado por Gérard Depardieu. Y en nada se le parece físicamente Vicent Cassel , que lo interpreta en “El emperador de París” (2018), versión realizada por ese estupendo artesano y realizador de género que es Jean-François Richet.

Consciente de manejar una gran producción de época, cuyo presupuesto ha superado los 22 millones de euros, respeta el trasfondo del drama histórico, pero escorándolo hacia la acción épica y el policiaco. Aunque la ambientación pertenece al París del imperio napoleónico, Vidocq fue un pionero que llegó a ser el primer director de la Surete Nationale y hasta detective privado. Antes, tal como refleja la película, fue una leyenda del hampa y experto en fugas carcelarias, reconvertiéndose en comerciante.