Iker BIZKARGUENAGA
«TIKTOK», LA NUEVA SENSACIÓN DIGITAL

LAS REDES BAILAN AL RITMO DE LOS VIBRANTES SONIDOS DE CHINA

En solo tres años, la aplicación TikTok –Douyin en su país de origen, China– ha logrado codearse con los gigantes de la red y aspira a liderar el mercado global. Jóvenes y adolescentes son el «target» de esta app de videos cortos donde la música es protagonista principal.

Nada ni nadie puede impedir que China siga su camino hacia adelante». En el 70 aniversario de la fundación de la República Popular China, Xi Jinping dejó clara su vocación de primacía global, tanto en el ámbito económico, como militar o político. Y ese objetivo parece guiar también a los creadores de TikTok, una aplicación que permite crear y compartir videos cortos, con predilección por los musicales, y que va lanzado a liderar el ranking de plataformas sociales en todo el mundo, compitiendo de tú a tú con gigantes como Facebook o Youtube.

Esta red, que mira sobre todo a la chavalería, dice querer «capturar y compartir la creatividad, los conocimientos y los momentos más importantes de la vida de las personas», y con esta carta de presentación ha logrado ser la plataforma más importante en lo que a dispositivos móviles se refiere. Un logro nada desdeñable teniendo en cuenta que solo tiene tres años de existencia y que su desarrollo no tardó más de doscientos días.

Ya es la aplicación más descargada

Douyin, que es como la aplicación se llama en China y que significa «sonido vibrante», fue lanzada en setiembre de 2016 por ByteDance, la firma tecnológica del multimillonario Zhang Yiming –que es la start-up más valorada del planeta con un valor de más de 75.000 millones dólares–, y en su primer año alcanzó los cien millones de usuarios, con más de mil millones de videos diarios.

No tardó en expandirse al mercado internacional, aunque para ello cambió de nombre y se denominó TikTok. Era otoño de 2017, y desde entonces todos los números ligados a la app, que ya está presente en más de 150 países y ha sido traducida a 75 idiomas, han sido sencillamente espectaculares. En total, la aplicación se ha descargado más de mil millones de veces, de las que unas cien millones han sido en Estados Unidos, en campo contrario, por tanto. Para ello, ByteDance compró en noviembre de 2017 musical.ly, con sede en Shanghai y oficina propia en Santa Mónica (California), que tenía una red dirigida al público de EEUU. Con el objetivo de aprovechar esa cuña en el mercado norteamericano, TikTok y musical.ly se fusionaron en agosto del año pasado.

La semilla, de todos modos, ya estaba plantada, pues en la primera mitad de 2018 TikTok había sido descargada 104 millones de veces en la tienda de Apple, superando a Facebook, YouTube e Instagram y convirtiéndose en la aplicación de iOS más bajada. Para entonces ya había superado la barrera de los 500 millones de usuarios, un hito solo al alcance, hasta entonces, de las grandes compañías de Silicon Valley. En Google Play TikTok tuvo 300 millones de descargas en todo el ejercicio, y según los datos proporcionados por Sensor Tower, al cierre del año solo fue superada por Whatsapp, Messenger y Facebook, aunque quedó por encima de ellas si solo se tienen en cuenta los iPhones.

Este verano ha sido la app más descargada tanto para Android como para iPhone.

Ha sido tal su impacto, que a finales de 2018 Facebook lanzó su aplicación de videos cortos, Lasso, considerada sotto voce una copia de TikTok, pero con resultados modestos: entre noviembre y marzo solo había sido descargada por 70.000 personas, nada que ver con los 40 millones de nuevos usuarios de su gemelo chino en ese periodo.

Según señala la periodista Rebecca Fannin en un reportaje publicado en setiembre en Harvard Business Review (hbr.com), TikTok ha mostrado al mundo que las redes sociales chinas pueden tener éxito fuera de sus fronteras, sin la ventaja que les ofrece el «cortafuegos» que ejerce la administración del país asiático, bastante estricto a la hora de dar permiso a las aplicaciones de EEUU.

Además, su estrategia de funcionamiento dual, con una versión dirigida al mercado chino y otra al resto del mundo, empieza a ser un modelo a seguir por otras compañías, a pesar de que se le reprocha mantener un seguidismo absoluto a las políticas de control existentes en cada país. A este respecto, según publicó “The Guardian” la semana pasada, la posibilidad de publicar determinados contenidos va amoldándose a la realidad sociopolítica local, vetándose aquellos temas –independentismo, crítica política o religiosa...– que generen controversia.

El papel de la Inteligencia Artificial

Con todo, en la cuenta de resultados esta estrategia le está resultando exitosa. ¿Y cuál es su secreto? Pues en gran medida, la sencillez. Los usuarios de TikTok pueden crear videos cortos, de entre unos segundos a un par de minutos –la media es de quince segundos–, y editarlos con filtros, efectos y stickers decorativos, así como poner música de fondo y acelerar o ralentizar imágenes, dando rienda suelta a la creatividad de los protagonistas, que suelen ser personas de muy corta edad que disfrutan compartiendo su obra. Además, la función «reaccionar» permite filmar la reacción a un video recibido, haciendo más intensa la interactuación.

Es muy simple, es divertido –no tiene más aspiración que hacer pasar un buen rato, a diferencia de otras redes que son foros de debate–, y además cuenta con un ingrediente secreto: la Inteligencia Artificial. Y es que TikTok utiliza la IA para seleccionar los intereses y preferencias de los usuarios de una forma más intensa que sus competidores, y si estos usan los algoritmos para «sugerir» contenidos en función de lo que cada persona ha visto anteriormente, en el caso de la app china la máquina les dicta sus feeds y casi decide por ellas qué es lo que van a ver.

En declaraciones recogidas en el reportaje de hbr.com, Zhang expresa su deseo de «combinar el poder de la IA con el crecimiento del uso de internet en los dispositivos móviles para revolucionar el modo en que la gente consume y recibe información». Y de momento parece que la apuesta le está saliendo bien, ya que otra de las características de su aplicación es la fidelidad de sus usuarios y la adicción que genera. Llega hasta tal punto, que el pasado junio la Administración del Ciberespacio de China impuso límites en el tiempo de navegación de los menores de edad en esta aplicación y en otras parecidas –Kuaishou («mano rápida»), del gigante tecnológico Tencent, es su rival en el mercado interior–, para evitar que los adolescentes sufran ciberadicción.

Trabas en la India y Estados Unidos

Esta limitación administrativa no ha supuesto un grave contratiempo para Douyin/TikTok, pero no se puede decir lo mismo de los obstáculos que ha recibido para operar en la India, donde en dos años y medio de funcionamiento ha tenido que retirar 135.000 videos. Además, 700.000 cuentas fueron denunciadas en ese mismo periodo de tiempo, de las que 180.000 fueron prohibidas de forma definitiva, bajo la acusación de difundir contenidos inapropiados.

Yendo un paso más allá, el pasado mes de abril el tribunal del estado de Tamil Nadu ordenó al gobierno federal que prohibiera las descargas de TikTok, alegando que fomentaba la pornografía y que exponía a menores a abusos sexuales, por lo que la aplicación fue retirada de las plataformas de descarga de Android e iOS. Ese veto fue revocado una semana después pero puso a la firma en un aprieto, ya que el país vecino es el mercado más importante fuera de China.

Según publicó hace unos días business-standard.com, de New Delhi, los responsables de ByteDance, que también es propietaria de la agregadora de noticias TopBuzz, mantienen un contacto regular con las autoridades indias para tratar de atajar cualquier nuevo obstáculo judicial o administrativo.

No es la única piedra en su zapato. En febrero, la Comisión Federal de Comercio de EEUU, –su segundo mercado internacional– multó a TikTok con 5,7 millones de dólares por violar las leyes sobre la protección de la privacidad de menores, y le obligó a modificar el funcionamiento de la aplicación.

Está por ver si estas trabas condicionan la fulgurante carrera de la red social china, pero de momento están lejos de hacerlo. Millones de chavales y chavalas se suman a diario a la legión de «tiktokers», y las empresas pagan millones para que algunos de esos jóvenes, que tienen más seguidores que Ariana Grande o Bruno Mars, vistan sus prendas y muestren sus productos en sus videos.

Es el vibrante sonido del dinero.