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AUSCHWITZ

Supervivientes de Auschwitz dan la voz de alarma 75 años después de la liberación

75 años después de la liberación de Auschwitz, supervivientes del Holocausto honraron a los más de 1,1 millones de víctimas en medio de una gran preocupación por el auge del antisemitismo.

Más de 200 supervivientes procedentes de todo el mundo y representantes de 50 países se dieron cita ayer en el lugar del antiguo campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau, liberado hace 75 años por las tropas soviéticas, para compartir sus testimonios, a los que quisieron dar carácter de advertencia, a la luz de los recientes ataques contra objetivos judíos a ambos lados del Atlántico, al tiempo que pedían a la comunidad internacional que, pese al paso del tiempo, nunca se olvide lo que allí pasó.

«Queremos que la próxima generación sepa lo que hemos vivido, y que nunca se repita», declaró David Marks, superviviente de 93 años, con la voz entrecortada. 35 miembros de su familia de judíos rumanos murieron en Auschwitz, el campo de exterminio más grande levantado por la Alemania nazi y convertido en el símbolo de los seis millones de víctimas judías europeas del Holocausto, y el único que ha sido transformado en un monumento-museo administrado por Polonia.

«Vemos un aumento del antisemitismo y no queremos que su pasado sea el futuro de sus hijos o de sus nietos», declaró a AFP Ronald Lauder, jefe del Congreso Judío Mundial, quien pidió leyes más estrictas contra el antisemitismo en el mundo y advirtió de que los discursos políticos «no son suficientes».

«Contra eso, contra el paso del tiempo y el olvido, tienen ustedes que luchar», dijo Elza Baker antes de agradecer al museo-memorial de Auschwitz la conservación de los objetos y documentos que son prueba de la barbarie allí vivida.

«Todo comienza con pasos que al principio pueden pasar desapercibidos, haciendo que una comunidad sea infravalorada, discriminada en pequeñas cosas, para ser poco a poco apartada hasta acabar desterrada en guetos, campos de concentración y morir en cámaras de gas», afirmó el superviviente lituano Marian Turski.

«No lo permitamos»

Describió el antisemitismo en los años previos a la II Guerra Mundial: «Auschwitz no fue algo que sucedió de repente, que surgió de la nada, sino que nació de un proceso largo de odio que fue extendiéndose hasta degenerar en este asesinato masivo». «Si eso pudo pasar entonces, eso quiere decir que podría volver a pasar. No lo permitamos, velemos por proteger a las minorías y no seamos indiferentes ante los abusos cometidos contra los más débiles», agregó.

Entre las ausencias ayer, la del presidente ruso, Vladimir Putin, pese a que fue el Ejército Rojo el que liberó Auschwitz, escenario de la llamada «Solución Final», eufemismo con el que los nazis se referían al genocidio judío y a la eliminación de gitanos, homosexuales, discapacitados y presos políticos.

Las primeras estimaciones soviéticas hablaron de hasta cuatro millones de muertos en Auschwitz, aunque actualmente esa cifra se ha reducido a alrededor de un millón de personas.

El mundo se enteró sobrecogido de los horrores después de la entrada del Ejército Rojo en el campo el 27 de enero de 1945, pero los Aliados tuvieron información detallada sobre el genocidio de los judíos mucho antes, en diciembre de 1942, cuando el Gobierno polaco en el exilio transmitió a los Aliados un documento que incluía relatos detallados del Holocausto presenciados por miembros de la resistencia polaca y que los Aliados no creyeron al considerarlos exagerados o parte de la propaganda de guerra polaca.

Pese a las peticiones de la resistencia polaca y judía para que Londres y Washington bombardeasen las vías férreas que conducían a Auschwitz y a otros campos, los Aliados se centraron en objetivos militares.

«Fue uno de los mayores crímenes cometidos por aquellos que permanecieron indiferentes porque ellos (los Aliados) pudieron haber hecho algo y deliberadamente no lo hicieron», declaró a AFP David Lenga, superviviente de 93 años.

 

Alerta por la indiferencia en el caso de rohinyás y uigures

El director del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski, alertó de la indiferencia ante el genocidio que han sufrido los rohinyás en Myanmar y ante los abusos cometidos por China con los miembros de la comunidad musulmana uigur.

Recordó que «hace dos años» se vivió el genocidio rohinyá y «a nadie le importó» y que el mundo ha permanecido en un estado de indiferencia en relación a los cientos de miles de uigures internados en «campos de reeducación», como cuando aumentó la violencia contra los judíos. Señaló que, durante el genocidio en Ruanda, en los 90, hubo «miles de voces de protesta», mientras que «hoy hay silencio».

Afirmó que en un mundo tan cambiante la gente necesita «algunos puntos estables de referencia» y Auschwitz, sostuvo, «con su horrorosa historia, puede aportar ese punto de referencia». Allí, «las personas no solo miran la historia y el recuerdo. Miran en busca de respuestas a preguntas de hoy», subrayó.GARA