Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Barry, el rey de la disco»

Una vida de gusano salvada por el funky

Aunque haya que decirlo en voz muy bajita, la pandemia también ha traído sus cosas buenas, y en lo tocante a la exhibición cinematográfica ha servido para recuperar títulos que en su momento pasaron desapercibidos, o no llegaron a estrenarse y distribuirse en condiciones. De otra forma no habríamos podido disfrutar en pantalla grande de “Barry ormene” (2008), una película a la que es difícil seguirle la pista en las plataformas digitales o en la venta en DVD, debido a que varía de título, y además de “Barry, el rey de la disco”, se puede encontrar como “Bailando con Barry”, o la traducción literal de la versión anglosajona de “Sunshine Barry y las lombrices Disco”, porque el grupo que forma el gusano protagonista se llama precisamente Sunshine Barry and the Disco Worms.

Esta producción danesa me parece mucho más original y divertida que otros largometrajes animados sobre bichos, hormigas y demás insectos o animales en miniatura. Lo que la hace diferente es su condición de musical, pero entendiendo el género en su versión más alejada de los modelos de Disney. Se hace simpática por su descaro, ya que, si bien es cierto que consigue que las lombrices de tierra bailen sin piernas y sin brazos, se permite la licencia de que incluso lleguen a tocar instrumentos musicales con alguna extremidad invisible que nunca aparece en imagen. En definitiva, se trata de plasmar que la música disco es tan contagiosa que hasta cualquier ser invertebrado podría dejarse atrapar por su ritmo. Merece la pena buscar la versión original o directamente la banda sonora, porque es una gozada oír cantar juntos a Trine Dyrholm y Peter Frödin el “Play the Funky Music” de Wild Cherry. Frödin es conocido como showman mediático en su país, pero mucha gente desconoce que la gran actriz Trine Dyrholm se dio a conocer con 14 años en un concurso para cantantes de la televisión danesa.