Raimundo Fitero
DE REOJO

Fossores

Existe una congregación religiosa católica masculina de derecho canónico llamada Hermanos Fossores de la Misericordia dedicada al mantenimiento de cementerios y a la asistencia en los entierros. Actualmente tiene seis miembros; tres en Logroño y 3 en Guadix (Granada) donde nació y tiene su residencia oficial. Fue fundada en 1953 por Fray José María de Jesús Crucificado, y tuvo su máximo esplendor a principios de los años sesenta con veintiocho miembros y comunidades en Gasteiz e Iruñea, inspirada en el Libro de Tobías y centrando su espiritualidad en la eucaristía, la Liturgia de las Horas, el rosario y la oración mental. Viven en los propios camposantos.

La noticia es que ha entrado un novicio, que es murciano, rayando la cuarentena, lo que ha servido para que gente tan descarriada como este junta letras tuviera conocimiento de estos individuos que intentan no solamente que el tránsito de un estado físico con deberes impositivos a otro que cuenta en la notaría de los sentimientos y emociones sea más fácil para los allegados, que van a orar constantemente para que los huesos allí enterrados estén libres de intromisiones del diablo. Estaba pensando que la tendencia a la incineración ha debido influir en el estado de necesidad de esta congregación que fue erigida como «Pía Unión» por decreto del obispado.

Si el diccionario dice que un fosor es un animal que vive en galerías que excava en la tierra o el fango, tenemos la definición más acertada de ciertos destacados miembros de la secta periodística que mata todo concepto democrático en relación a la profesión y a la ética. Eduardo Inda no es el fundador de la secta, pero es uno de sus obispos más carismáticos y más protegidos por los poderes fácticos y parece ser que el santuario central lo tienen en La Sexta, sea de noche o al mediodía.