Iñaki ZARATIEGI

El compositor de clásica que nos enseñó a bailar sirtaki

Lugar y año de nacimiento: Isla griega de Quíos, 25/07/1925. > Estudios: Atenas y París. > Combatiente: Luchó en la Segunda Guerra Mundial contra los nazis y en la posterior Guerra Civil griega.&discReturn; > Diputado: Fue miembro del Parlamento griego entre 1964 y 1967 y en otras dos ocasiones, en los años 80 y 90. > Cárcel: Estuvo detenido por la dictadura militar desde 1967 hasta 1970. > Exilio: Se vio obligado a exiliarse después hasta el año 1974. Ministro: Ejerció como ministro en el gobierno de coalición entre centro derecha y comunistas de los años 80-90. Obra musical: Compuso más de un millar de piezas, destacando “Canto general” (Neruda), “Zorba el griego”, “Electra”, “Trilogía (o balada) Mauthausen” o “Serpico”.

Para algo están los tópicos y Mijalis ‘Mikis’ Theodorakis parecía encarnar la bonhomía personal, la alegría vital, la militancia sociopolítica o la inquietud intelectual que se les supone a las buenas gentes helenas. Bajo un azabache cabello ensortijado, que en la vejez devino plateada melena leonina, representó lo más noble de la generación post segunda gran guerra que luchó por la fraternidad entre gentes y pueblos y por el socialismo universal.

Sin cejar en su extensa labor musical eligió a la vez la causa política y fue parlamentario electo hasta que la ocupación nazi y la dictadura de los coroneles dieron con sus huesos en la cárcel y el exilio. En los 60 fue símbolo de la resistencia a la dictadura junto a la actriz y cantante Melina Mercouri. Su nombre traspasó fronteras con obras como la banda sonora de la emblemática película anti represiva “Z” (Costa-Gavras, 1969).

Hubo alguna significativa anécdota cuando activistas vascos y griegos coincidieron repartiendo sus respectivos panfletos en las colas del cine londinense donde se estrenó la cinta. Alguno de ellos compartiría más tarde cárcel británica por haber elegido una vía de protesta más directa que las simples octavillas.

Maestro afronterizo

Autodidacta, mezcló personalmente sus conocimientos musicales clásicos con la recuperación del folclore popular y la asunción de los sonidos y técnicas contemporáneos en cientos de canciones, sonatas, música de cámara, ballet, teatro, cine, televisión, cantatas, óperas, sinfonías, oratorios… que suman más de mil piezas.

Fue el campo del celuloide el que le dio eco internacional. Principalmente con las BSO de “Electra” y “Zorba el griego”, dirigidas por Mijalis Kakoyiannis. La imagen de Anthony Quinn y Alan Bates bailando sirtaki al sonido del bouzouki se convirtió en universal. Fue nominado a los Grammy por la música de “Serpico” (Sidney Lumet, 1973), protagonizado por Al Pacino.

Su legado incluye otros momentos cumbres como “Trilogía Mauthausen”, sobre la experiencia del poeta Iakovos Kambanellis en aquel campo de concentración. La pluralidad de su andadura estilística hizo que le llegaran reconocimientos de creadores tan influyentes como Shostakovich o Bernstein y fuera versionado en el campo más popular por The Beatles, Edith Piaf o Shirley Bassey.

Compromiso y militancia

Luchó como comunista en la Segunda Guerra mundial y en la posterior guerra civil griega. Fue detenido y torturado en ambas épocas y vivió el exilio en París. Fundó agrupaciones políticas, fue parlamentario, ministro y militante comunista y en 1989 levantó la polémica al presentase como independiente por el conservador Nueva Democracia. Tuvo relación con Yasser Arafat, Olof Palme, Nasser o SalvadorAllende. Moscú le dio el Premio Lenin de la Paz, el Senado de Washington lo recibió oficialmente y en los 90 ganó el Premio Musical de la Unesco.

En junio de 1983 visitó el donostiarra velódromo de Anoeta y el Anaitasuna de Iruñea en una amplia gira estatal con el “Canto general” de Pablo Neruda. Ambos habían previsto estrenarlo en septiembre de 1973 en un estadio de Santiago de Chile que justo en esas fechas fue convertido en centro de exterminio tras el golpe militar. Neruda moriría días después.

En una de sus últimas declaraciones el influyente creador proclamó que «hay que seguir luchando por la paz, la libertad, la democracia y el socialismo. Estoy convencido de que vamos a construir una sociedad de filósofos y yo lo voy a ver. Hay que luchar con nuestras mejores armas: la poesía y la música popular».