Daniel GALVALIZI
INDARKERIA MATXISTAREN AURKAKO EGUNA

La cacería contra Irene Montero (y todo lo que ella representa)

La agresión machista de Vox contra la ministra en el Congreso es el último episodio de una larga ofensiva del conservadurismo rancio, que reacciona contra los avances del Ministerio de Igualdad. Cabe señalar la responsabilidad de los medios y el silencio cómplice dentro de la izquierda.

(Fernando SÁNCHEZ | EUROPA PRESS)

A la caza de Irene Montero. Es una contraofensiva nítida de los sectores de la derecha española, la que se dice de centro y la que se proclama orgullosa de ultraderecha. Que ella sea mujer, que ejerza un liderazgo en Podemos y que esté vinculada emocionalmente a Pablo Iglesias son elementos que dan más pirotecnia a la violencia política contra ella. Pero la mira está puesta en destruir todo lo que viene haciendo el Ministerio de Igualdad desde que se ha conformado el Gobierno de coalición.

Lo sucedido en las Cortes Generales el miércoles expone de manera brutal un proceso que lleva meses. La diputada de Vox, Carla Toscano, se hizo más famosa gracias a la vulgaridad con la que atacó a la ministra, diciendo que no sabe nada comparado a los jueces que rebajan penas por la ley del «solo sí es sí» y que su «único mérito» fue «estudiar en profundidad a Pablo Iglesias». Esto, en el hemiciclo, cuna de la soberanía popular, y luego aplaudida de pie por todos los legisladores ultras, entre ellos muchas mujeres.

La agresión despertó la ira de los diputados morados frente a la pasividad del vicepresidente del Congreso (Batet no estaba en ese momento). En su respuesta, Montero pidió que quede en el diario de sesiones «la violencia política» (iba a ser borrado) y afirmó que «a estos fascistas se les va a parar los pies con más derechos», señalando a Vox.

Inédita ovación

Su discurso fue seguido de una inédita ovación durante dos minutos de UP, del PSOE y de todos los diputados de ERC y EH Bildu. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, las vicepresidentas y todos los ministros publicaron en Twitter mensajes de apoyo a Montero y contra la violencia machista. La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, le dedicó un cálido mensaje, mientras que el del PNV, Aitor Esteban, criticó a Vox sin mencionar a la ministra. También el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, respaldó a Montero y criticó a los «cobardes que callan».

La diputada Andrea Fernández (PSOE) tuiteó que en medio del pleno un legislador de Vox «le comunicaba mediante gestos al resto de sus compañeros, riendo a carcajadas, que Montero parecía estar llorando después del hostigamiento», algo que calificó de «nauseabundo». Al día siguiente, el grupo de la ultraderecha se reafirma en lo hecho por su diputada y declara ser «moralmente superior a la izquierda».

Mientras Vox incendiaba el pleno, el Partido Popular se quedaba petrificado en sus escaños y horas después hubo una tibia crítica a la violencia contra la ministra a través de su portavoz y número dos del partido, Cuca Gamarra. Por algo un diputado de ERC, mientras se aplaudía a Montero, les gritaba «¡cómplices!», señalándolos con el dedo.

Desde que algunos jueces comenzaron a firmar fallos con controvertidas interpretaciones de la ley del «solo sí es sí», la embestida contra Montero, que viene desde hace dos años, se ha radicalizado.

Deshumanización

La campaña de deshumanización contra Montero es infame, pero trasciende lo personal. Es profundamente política porque va contra el Ministerio de Igualdad, que muchos conservadores califican impunemente en los medios como un mero chiringuito lleno de amigos enchufados de la ministra, con un presupuesto que consideran innecesario. Lo que provoca la reacción visceral es el avance de leyes feministas, la ampliación del derecho al aborto, y cómo no, la llamada «ley Trans», que será aprobada (si un día logra serlo) en buena parte gracias a la insistencia tenaz de Montero y los colectivos LGTBI.

La desesperación por frenar los avances que vienen del ministerio más ideológico del Gobierno lleva a sectores del conservadurismo a una virulencia que no solo los tiene a ellos de responsables. Dirigentes progresistas han callado, quizás, demasiado y deberían revisar si son tiempos que den cabida a la mezquindad. Tanto del PSOE como de Unidas Podemos, si cabe incluir allí a la vicepresidenta Yolanda Díaz.

También merece la pena recordar a muchos periodistas y tertulianos que, desde platós y redacciones, han proferido insultos similares a Montero. Es obligado recordar que los escenarios no se crean en un día y que en ese camino la responsabilidad es compartida.

IRENE MONTEROREN KONTRAKO OLDARRALDIA

Emakumea da, Podemosen lidergoa dauka eta Pablo Iglesiasekin harremana dauka. Horiek guztiak lagungarri dira eskuinak Irene Monterori zergatik erasotzen dion azaltzeko, baina ezin da ahaztu agian arrazoi garrantzitsuena dena: Berdintasun ministroa da. Eskuinak hasieratik gaitzetsi duen ministerio horrek lege feminista garrantzitsu batzuk bultzatu ditu Kongresuan, eta horrek kontrako erantzun bortitza eragin du, azken egunetako erasoek erakutsi duten bezala. Estatuko komunikabide gehienek eta, neurri batean, PSOEk ere lagundu dute jazarpen horretan.