Raimundo FITERO
DE REOJO

Crónica parlamentaria vergonzosa

Un propósito de cambio para este año es no actuar desde prejuicios y posturas previas no puestas al día. Aunque creo que es el momento histórico donde escribir en todas las paredes, muros, pantallas y redes sociales con letras bien gruesas y tintas fluorescentes un «Yankis go home», estaría más que justificado, he decido apartarme de este recuerdo nostálgico y simplemente realizar una crónica parlamentaria de estos últimos días del Congreso del país donde reside el Comandante en Jefe de los ejércitos más pertrechados, sanguinarios e imperialistas que ha conocido la Humanidad: los Estados Unidos de América.

¡Qué gran país! ¡Qué gran democracia! O dicho de otra manera qué magnífica inversión propagandística, militar y antidemocrática para erigirse en lo que no son, ni es una democracia modelo, ni cualquier puede llegar a ser presidente. Hemos visto por televisión acciones, discursos, situaciones que colocadas en cualquier otro país del planeta se hubiera dicho a gritos que eso era porque se trataba de un Estado fallido. Pero como son los reyes del mambo, la cocaína y los dólares, todos a mirarlo con ojos de carnero degollado. Pero lo de ayer mismo, que después de quince votaciones, los cafres republicanos trumpistas, logren sacar a su candidato compromisos antidemocráticos para votarlo para ser presidente de la Cámara baja del Congreso, es tercermundista en estado máximo. Es doloroso. Un síntoma más de un imperio en decadencia política.

Admitamos que en un país de oportunidades un niño de seis años tirotee en su escuela a la profesora.