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Satevi detecta un aumento de las llamadas nocturnas de víctimas

La violencia machista «no se va de vacaciones». De hecho, aumentan las llamadas nocturnas, que son «más largas y angustiosas», al convivir más con el agresor.

Imagen de archivo de un acto de Satevi de 2019.
Imagen de archivo de un acto de Satevi de 2019. (EUROPA PRESS)

Satevi, el servicio especializado de información y atención a mujeres víctimas de violencia machista, ha recibido 1.830 llamadas por agresiones en la CAV en lo que va de año, de las que 137 han sido por maltrato sexual, según datos del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales de Lakua, a los que ha tenido acceso Europa Press. Las responsables de Satevi han asegurado que esta lacra «no se va de vacaciones».

De hecho, se está detectando un aumento de las llamadas nocturnas de víctimas, que son «más largas y angustiosas», al convivir más durante el día con el agresor en verano. En 1.723 casos se realizó un acompañamiento a la mujer maltratada, mientras que 1.327 han necesitado «de contención emocional para canalizar la angustia, conectar con la realidad que están viviendo, trabajar la conciencia del maltrato y reforzar los pasos que está dando en su proceso».

CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL

El número de llamadas que se han contabilizado son similares a los de los últimos años y, aunque la mayoría responden a la violencia de género por parte de la pareja o expareja, convivientes o no, los delitos contra la libertad sexual están centrando más estas demandas del servicio. En concreto, se ha detectado algún tipo de maltrato sexual en 137 de las llamadas, lo que supone un 7,48%. Esto se debe, según Satevi, a que la conciencia de la violencia hace que las mujeres pidan más ayuda y asesoramiento, y también a que los delitos contra la libertad sexual «han roto la barrera de la creencia de que solo pasan fuera» para llegar a asumir que también «pasan en casa».

La técnica de Satevi Ixone Collado Urkijo señaló que, aunque se podría pensar que en periodo estival se reciben menos llamadas o que se dan menos casos de violencia, «no es así». Las llamadas nocturnas suelen ser «más frecuentes y más largas, densas y angustiosas». La razón es que las mujeres buscan momentos donde no coinciden con el agresor para poder «descargar su angustia o buscar vías de salida de la violencia». Las que han tenido algún percance en las fiestas, les relatan por la noche lo que «les ha sucedido en la calle», y las que conviven con su pareja recurren a ese momento porque es «el único un poco más seguro para que ellas puedan hablar tranquilamente» porque «duermen con su agresor».

La mayoría de las agresiones son ejercidas por personas del entorno, «es decir, por personas de su confianza o cercanas a ellas, lo que genera un mayor daño y dificultad a la hora de denunciar».

En el 70,41% de los casos, tanto la víctima como el agresor son de origen estatal. Collado especificó que «la gran mayoría de llamadas son de mujeres blancas de aquí, con unas realidades medianamente normalizadas». «Se ve un poco el fenómeno de que los casos de violencia más gordos son de ‘camisa blanca y corbata’», añadió.