Raimundo FITERO
DE REOJO

Ligereza argumental

Abruma la cantidad de teorías, estudios, análisis, opiniones que sobre cualquier actividad individual o colectiva se pueden leer, escuchar, contemplar. Además del exceso en número, hay un tormentoso montón de argumentos que se lanzan con urgencia, sin reflexión, con una ligereza que roza lo inocuo, lo baladí, lo doctrinario en rebajas. Da lo mismo de lo que traten, siempre hay una exageración que está cargada de intención partidista, ideológica o mercantil. Cuando no todo a la vez. Así que intentar informarse con seguridad y convicción se ha convertido en una tarea de exploración selvática. En ocasiones es un imposible. La mayoría de las veces es una fábrica de frustraciones o de acumulación de auténticas falsedades. Las elecciones de hoy en el Reino Unido nos van a colocar ante unos espejos de feria. No sabemos si cóncavos o convexos, pero nos van a devolver una imagen de un eximperio convertido en una amasijo de reyes, aristócratas, funcionarios de la élite económica y desacomplejadas masas populares dedicadas a la supervivencia. Si se cumplen las expectativas, van a ganar con una distancia sobresaliente los socialdemócratas, dejando a los conservadores en cueros políticos. ¿Cómo pasa un cuerpo electoral de un lado al otro del fiel de la balanza política o ideológica o económica? Esto merece una explicación lo más científica posible. ¿Qué influye más directamente en el voto, las redes, la información veraz, la ideología, las encuestas previas, los púlpitos, las promesas, las ganas de cambio, el cuñadismo? Nada parece lo suficientemente estable ni eterno.