Daniel GALVALIZI
MANIFESTACIÓN DE LA DERECHA ESPAÑOLA EN MADRID

EL PP llama a la rebelión ante un público menguante

En Madrid y ante 50.000 manifestantes, según la Delegación del Gobierno, el líder del PP pidió a Sánchez que «se rinda» y convoque elecciones generales cuanto antes. La lideresa de Madrid criticó varias veces en su discurso cuestiones relacionadas con Euskal Herria y pintó un escenario bananero para el Estado español.

Vista aérea de la Plaza España de Madrid, durante la manifestación del PP.
Vista aérea de la Plaza España de Madrid, durante la manifestación del PP. (Thomas COEX | AFP)

«Yo soy el jefe de la mafia», es la primera estrofa de Venezia, la canción de Hombres G con la que DJ Pulpo amenizó el mitin convocado ayer por el PP en la Plaza España de Madrid con el lema “Mafia o democracia”. Pese a los agujeros evidentes que se vieron en las imágenes aéreas, los de Alberto Núñez Feijóo tuvieron a bien doblar la cifra de asistentes ofrecida por la Delegación del Gobierno (50.000) y aseguraron que 100.000 personas acudieron a la enésima cita de la derecha española contra el Gobierno de Pedro Sánchez, esta vez por las denuncias de presunta corrupción.

“Stop, La Rosa Nostra”, rezaba una hoja que estaba pegada en varios postes que rodeaban la estación de metro. También había un cartel que pedía la unión entre el PP y Vox: «Si seguís luchando como burros nuestra España perderemos y jamás os lo perdonaremos». Al tema se refirió el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, explicando a simpatizantes que a su juicio había «muchos militantes de Vox» en la marcha, aunque lamentó que no sus dirigentes.

«RIESGO DE DICTADURA»

Luego de un breve discurso del alcalde Martínez-Almeida, llegó el turno de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien acaparó los focos el viernes, al abandonar la cumbre de presidentes autonómicos cuando el lehendakari Imanol Pradales habló en euskara. Una actuación que dio al traste con la estrategia del PP para que la demanda de elecciones fuera el único mensaje del día.

Ayuso celebró estar hablando «desde este Madrid libre, al servicio de España». «Aquí cabemos todos los acentos, parte de nuestra riqueza cultural que también pasa por nuestras lenguas cooficiales en otras regiones. Aquí nadie es foraster, o maqueto, o forasteiro, godo o mesetario. De aquí somos todos», arrancó.

A su juicio, el Estado vive una «dictadura de las minorías, de los resentidos, de los vividores de lo público, de normas absurdas y leyes incomprensibles, del negocio identitario donde el nacionalista es rey», un país en el que se «normaliza el crimen y criminaliza la vida normal».

Las dictaduras, según Ayuso, «entran así, a sorbos, de manera inocua». Y comenzó a dar ejemplos con Euskal Herria como estrella: «Qué más da apartar a la Guardia Civil de tantas regiones, qué más da si a la Universidad del País Vasco le quitan su nombre en castellano, qué más da que Bildu presente a candidatos con delitos de sangre en sus listas si ahora son buenos muchachos, ¡qué más da!».

Ayuso dio la palabra a Feijóo, quien subió al escenario y tras compartirlo un rato con ella para ser suficientemente fotografiado, embistió contra Sánchez y llamó a «rebelarse contra la degradación» del Gobierno. Así, retó al líder del PSOE: «Ríndase a la democracia y convoque elecciones».

También aseguró que «España necesita una revolución de la decencia y de la libertad» y prometió liderarla desde «las calles y en las urnas». Acusó al presidente del Gobierno de «llenarlo todo con cloacas, corrupción y mentiras» y dijo que los españoles «no son siervos» de Sánchez.

En un momento, el líder del PP intentó desmarcarse del tono incendiario de la baronesa madrileña: «Nadie me va a mover de la centralidad. En mi partido hay distintos estilos y distintas intensidades, pero el mismo objetivo: cambiar este Gobierno».

Por su parte, el PSOE consideró que la manifestación fue «raquítica» y calificó a Núñez Feijóo como un «fracaso»: «El PP, la formación política que presume de tener más de 800.000 militantes, no ha logrado hoy juntar ni a 45.000». También criticaron el lema y que se escuchasen «discursos sonrojantes».