El ciclón Zabala rompe el amor de Jaka-Iztueta con el Adarraga
Los colorados, campeones de San Mateo en verano, se las veían felices con un Jaka explosivo y un Iztueta mandón atrás, pero los azules llegaron peleones y, a base de constancia, se pusieron por delante por primera vez en el 20-21 para terminar ganando.
El Adarraga de Logroño nunca falla. Ayer fue una olla a presión, y más teniendo en cuenta que en la cancha estaba uno de sus pelotaris: Javier Zabala. El delantero riojano, finalista del Cuatro y Medio, junto con un Julen Martija que fue de menos a más, fueron a remolque durante todo el encuentro hasta que en el 20-21 consiguieron ponerse por delante por primera vez antes de dar la estacada a Jaka-Iztueta.
A la pareja de Aspe se les rompió el amor con el Adarraga después de haber sido campeones en San Mateo. Ayer iban camino de repetir un valioso triunfo en este Parejas, pero los azules aguantaron el tirón de sus rivales y terminaron llevándose la victoria.
Fue uno de los mejores encuentros de este Parejas. No solo lo corroboran los 743 pelotazos y los 73 minutos, sino el juego y espectáculo que demostraron los cuatro pelotaris dentro de la cancha.
Erik Jaka comenzó explosivo, mientras que Martija fue la nota negativa del inicio, aún sin entrar en calor y dejando pelotas fáciles a los rivales. Su homólogo en la zaga ya estaba entonado y, para cuando se quisieron dar cuenta, ya iban 3-0.
El duelo tuvo de todo. A varios preciosos tantos se les unieron varias jugadas desafortunadas. Curiosamente, en el 8-5, Zabala y Martija no se entendieron cuando el riojano fue hacia atrás para intentar llevar una pelota mientras que el zaguero se quedó quieto. Justo en la siguiente jugada les ocurrió lo mismo a Jaka e Iztueta cuando Zabala envió un pelotazo entre los dos pelotaris y no se entendieron. Esta misma jugada les ocurrió hasta en otras dos ocasiones. Seguramente el ambiente en las gradas fue causa de ello al no poderse escuchar bien dentro de la cancha.
Con el empate a 17 y 18, el partido cambió. Los azules, comandados por un eufórico Zabala que había llegado con ganas de pelea, aguantaron el tirón e incluso Martija comenzó a dominar... y a defenderse a las mil maravillas.
Como ejemplo está el 20-19. El zaguero navarro se tuvo que tirar al suelo para llegar a una dejada de Jaka, y no solo llegó, sino que además hizo tanto. Los colorados se quejaron, pero claramente fue al primer bote.
Un error de Iztueta, que las llevó de todos los colores desde atrás, tanto de bote como de aire, puso el 20-20. Era el momento clave, y Martija hizo el 20-21 atrás antes de que Jaka errase para poner el definitivo 20-22. El abrazo de Zabala con su madre en plena cancha dejó claro la importancia que le había dado el riojano al partido.

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