GARA BILBO

Josu Zabaleta, Premio Nacional español de Traducción 2013

Josu Zabaleta (Legazpi, 1948), galardonado ayer con el Premio Nacional español de Traducción 2013, no esperaba esta distinción, que además no considera un reconocimiento «individual», porque la tarea del traductor, asegura, «es más colectiva que otra cosa, más que a lo que primera vista parece».

En declaraciones a Efe, Zabaleta señaló ayer que sabía que era candidato, pero que no obstante este premio, dotado con 20.000 euros, le ha «cogido desprevenido».

Recordó sus inicios con otros compañeros, un grupo que tuvo que liderar en ocasiones cuando el mundo de las traducciones al euskera «empezaba a moverse», y que se prestan ayuda mutua en su trabajo.

«Para trabajar en este campo se necesita estar en un grupo que supere la cantidad inmensa de bloqueos que suele tener cada persona. Un traductor se bloquea muy rápidamente y entonces necesita hablar con otros que tienen otro momento de inspiración y le solucionan problemas. Parece que es un trabajo de monjes, pero no lo es», afirmó.

Añadió que los premios que ha recibido hasta ahora se han debido, principalmente, a «tener buen método y buenos recursos y estar bien rodeado».

Cree que, en este caso, no sólo se han tenido en cuenta sus traducciones, de autores como Petrarca, Pirandello, Maupassant, Saint-Exupéry, Balzac, Baroja, Popper y Twain, Daudet, entre otros, sino también su contribución a ese mundo, desde la creación de la Asociación Profesional de Traductores Vascos y la primera revista de traducción en Euskal Herria a las primeras colecciones de literatura universal de Lakua.

Dijo que «un factor importantísimo de la lengua vasca, junto con la enseñanza» ha sido la traducción, porque la sociedad vasca se ha «autotraducido».