LABORAL KUTXA BASKONIA 83

OBRADOIRO 72

A veces las aficiones suelen pedir la luna a sus jugadores. Las más de las veces, solo que hagan las cosas bien; es decir, con seriedad. Laboral Kutxa Baskonia, después de la bochornosa imagen ofrecida frente a Gipuzkoa Basket, retomó la senda de la seriedad, que es el camino más adecuado para que vuelva a haber sosiego y además lleguen los triunfos. Nadie está obligado a ganar siempre, pero sí ha de hacer un trabajo digno. A partir de ahí, los resultados serán los que deban ser, a veces hasta buenos, como se pudo ver en el partido de ayer en Gasteiz.

Obradoiro llegaba sin ningún aliciente clasificatorio y eso le restó mucho de la agresividad que habitualmente exhiben los conjuntos dirigidos por Moncho Fernández. Mientras, Laboral Kutxa Baskonia sabía para cuando arrancaba su partido que tanto Gipuzkoa Basket como Joventut estaban a punto de perder -como sucedió finalmente- y que Cajasol también había caído, de forma que la séptima plaza estaba otra vez a su alcance. Bastaba ganar a la escuadra galaica, aunque para ello había que hacer las cosas bien; es decir, jugar con seriedad.

Y la hubo. Esta vez no hizo falta ninguna heroica reacción final. Hubo errores, altibajos, meritorias acciones del conjunto rival... nada que no se pudiera asumir, porque Laboral Kutxa Baskonia defendió, sobre todo en la primera mitad, dejando al Obradoiro por debajo de los 30 puntos. En ataque, aunque no abundaban las asistencias y el porcentual en el triple no era nada del otro mundo, la superioridad en el rebote bastaba y sobraba para que la renta gasteiztarra superara la decena desde casi el inicio, llegando al descanso ganando por 40-28.

El susto

Aun así, la victoria exigió sudor. Los baskonistas parecían haber roto el partido en el tercer cuarto, llegando a rentas cercanas a los 20 puntos, pero el Obradoiro no quiso ponerlo tan fácil.

Con Guillén y Corbacho como puntales, los gallegos se arrimaron a 11 puntos y hasta eliminaron por faltas a Nocioni. Pero los locales no se descompusieron, siguieron trabajando y sentenciaron el duelo con dos triples consecutivos de Mainoldi.