Ante fallo del sistema: apagar y encender
El régimen del 77 (del 69 si nos atenemos a cuando Franco nombró sucesor a Juan Carlos de Borbón) da muestras inocultables de agotamiento. 1) La monarquía se ha visto sacudida por todo tipo de escándalos que la han llevado a los índices más bajos de popularidad. Hablando de los negocios del yerno no se puede olvidar que la fortuna que se le atribuye al Rey no tiene explicación en sus retribuciones públicas. 2) Las costuras del Estado están saltando. La independencia de Catalunya y de Euskal Herria no son quimeras sino que forman parte, además del debate político, del horizonte posible europeo. 3) El descrédito a los partidos y los políticos incide sobre todo en los más poderosos. El afloramiento interminable de casos de corrupción genera el desprecio de la ciudadanía por cargos que ven como simples comisionistas cuando no como directos ladrones. Por otra parte, la aplicación de respuesta similares ante la crisis, que se entienden como un apoyo al gran capital en detrimento de trabajadores y autónomos, ha hecho que se desdibuje la diferencia ideológica entre PP y PSOE. 4) Los resultados de las elecciones europeas han mostrado un reparto de escaños que hace peligrar el turnismo.
Tanto error de sistema, y la previsión de lo que puede llegar, ha provocado una operación resset. Apagar a quien siempre dijo que no abdicaría y encender a su sucesor. Solo los protagonistas, algún íntimo y políticos de confianza -Rajoy y Rubalcaba- estaban en el secreto.
Lo de apagar y encender funciona casi siempre, menos cuando están dañadas las más íntimas entrañas del ordenador. Habrá que ver. A todos los fallos testados, hay que sumar que hoy no existe un Ejército Lobo Feroz para que la Democracita Roja necesite de la protección del cazador. La inmensa mayoría del censo actual, los 26 millones menores de 56 años, no votaron la Constitución de 1978 ni decidieron sobre la monarquía. Tampoco se entiende con facilidad que cualquier reforma constitucional importante deba aprobarse por dos tercios de las Cortes y ser refrendada de nuevo tras unas elecciones, y la sucesión de un rey se solvente de prisa y corriendo sin que nadie pueda rechistar.
Ayer se hizo pública una apuesta de riesgo con la convicción de que todas las cartas están suficientemente marcadas. Pero también la más alta tecnología está sometida al riesgo de lo imprevisto.
Moreno y Lisci, dos trayectorias de menos a más en Osasuna

«Elektronika zuzenean eskaintzeko aukera izango dugu orain»

«Gizarte aldaketa handi bat» eskatu du euskararen komunitateak

ASKE TOMA EL TESTIGO DEL HATORTXU EN ATARRABIA
