Ángel Guerra Cabrera
La Jornada, 2014/10/16
HEMEROTEKA

Bolivia, ejemplo mundial de buen vivir

El Estado Plurinacional de Bolivia es uno de los pocos en América Latina y en el mundo donde los derechos humanos son defendidos, respetados y perfeccionados por el Estado con una visión integral. Esos derechos no son vistos como el mero trámite formal de depositar el voto en cada elección, sino como una activa participación de los ciudadanos y las organizaciones indígenas y populares tanto en los procesos electorales, como en general, en la decisión cotidiana de los asuntos públicos. Además, el Estado boliviano no limita el concepto de derechos humanos a los derechos políticos, sino que los extiende a los económicos, sociales y culturales, tutelando su cumplimiento en la práctica como veremos más adelante.

(...) La nacionalización de los hidrocarburos y la redistribución de su renta ha hecho posible que Bolivia reduzca la pobreza en 25 por ciento, y la pobreza extrema en 43, así como subir el salario mínimo 87,7 por ciento. El presupuesto de salud, que en 2005 era de 195 millones de dólares había llegado en 2012 a 600 millones, con una sensible disminución de la mortalidad infantil y materna. De acuerdo con datos de 2012, médicos cubanos habían atendido gratuitamente 58 millones de consultas, realizado 33 mil partos y 134 mil cirugías no oculares; y operado de la visión a 650 mil bolivianos a través de la Operación Milagro. El analfabetismo ha sido erradicado y la escolarización básica es casi universal. El país marcha hacia la industrialización de los hidrocarburos y a convertirse en potencia energética.

Estos datos prueban la falsedad de quienes afirman que los logros sociales bolivianos se deben a los altos precios del petróleo, pues si fuera así, otros países como México habrían alcanzado resultados semejantes. Basta comparar el alza astronómica del salario mínimo en Bolivia y su estancamiento por décadas en México.

La Paz, cuya política exterior se subordinaba totalmente a la de Washington, ha pasado a ser un actor político regional e internacional de primera línea, que ostenta la presidencia pro tempore del G77 más China y habla con voz propia en los foros internacionales. Primer país en proclamar los derechos de la Madre Tierra o Pacha Mama y en enarbolar la filosofía andina del «buen vivir», Bolivia tiene un papel de liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático, la más trascendental de todas las tareas que tiene por delante la humanidad.