Joseba VIVANCO
ATHLETIC | El equipo se adelantó en una buena primera mitad y supo defender el gol de Aduriz en la segunda

Vuelve la ópera a San Mamés

Trabajado, sufrido y merecido triunfo de los leones ante un Sevilla que nunca pudo con la zaga rojiblanca.

ATHLETIC 1

SEVILLA 0

Esperando al Athletic... Y apareció. En el momento oportuno y ante un rival de enjundia. Tres puntos que son más que eso. Lo prometido era deuda, y el Athletic la cumplió. Sus jugadores vaticinaron un partido, como dijo un de nuevo imbatido Gorka Iriazoz en la previa, «vibrante, con mucha energía, de magnitud», y a fe que lo fue. Un Athletic distinto. Un Athletic reconocible. Un Athletic valiente, aguerrido, confiado, solvente, en la primera mitad, y un Athletic estajanovista del sudor, solidario, contundente en la segunda, para ponerse por delante en el marcador en el inicio y saber sufrir en la reanudación sin renunciar nunca a otro gol que le diera la tranquilidad. Al final, champán y serpentinas, que diría Ernesto Valverde.

El técnico sevillista, Unai Emery, a cuyo `show' en su área técnica solo le faltó el televisivo Cristóbal Soria devolviendo balones desde la banda, y que se pasó medio partido haciendo amigos en `Bilbao', justificó luego la derrota de los suyos en que a sus jugadores les había podido el escenario, es decir, San Mamés, el rival, como la temporada pasada cuando se jugaban la Champions. Y quizá lleve parte de razón. El Sevilla amagó, pero nunca dio. Creó más incertidumbre que miedo, por demérito quizá, pero también porque el Athletic fue consciente en todo momento de lo que había en juego y de lo que él mismo se jugaba. Y no defraudó. Por una vez, de las palabras a los hechos no fue un trecho. Baste un dato que no revela el nivel de intensidad, pero sí el de compromiso y actitud de los locales: ante el Sevilla, el equipo que más faltas hace de la Liga, los rojiblancos cometieron hasta 24 infracciones, su registro más alto en esta temporada.

Mediodía. Sol de `veroño'. Temperatura ideal para el fútbol. San Mamés completa su aforo con parsimonia, con la misma que se prepara un buen vermouth o se fríen unas apetitosas rabas. En los vídeomarcadores, el single del disco ``Athletic Gu Gara'' apaga de manera momentánea los cánticos de la ruidosa parroquia sevillista. Partido de altura. Con todas las letras. Mayúsculas. Pitido inicial, rugido en el graderío, solo 32 segundos llevaba consumidos el reloj y amarilla para Aduriz por rodillazo a un rival en un salto. Primera nota discordante del concierto de pito de Estrada Fernández. Pero esta vez la consigna de los leones era clara, ni una concesión en las disputas. Y a diferencias de otros días ¡las ganaron casi todas!

Salió respondón el Sevilla, pero pronto contrarrestó el Athletic, sobre todo con el tempranero golazo de un Aduriz que asistido por Susaeta la rompió a la red en el 12, para terminar lesionado minutos después con una siempre inoportuna contractura muscular. Había confiado Valverde en Etxeita en la zaga, con Iraola de lateral y De Marcos de enganche, y acertó de pleno en todas sus piezas. Incluso Guillermo, que sustituyó al lesionado, se fajó con buena nota ante la defensa andaluza.

El gol despertó a la expectante grada, pero sobre todo reforzó la confianza del equipo, que de ahí al final del primer tiempo dibujó sobre el césped sus mejores minutos, con ocasiones en las botas de Laporte en un libre directo que acabó en ¡uy!, otra de Muniain que no llegó por milímetros al centro medido de De Marcos, un remate a bocajarro de Susaeta que desbarató Beto... No había un dominio claro por parte de ninguno, pero el Sevilla solo remató entre los tres palos una vez. ¿Y el árbitro qué? Pues al margen de que Estrada Fernández perdonó la segunda amarilla a M´Bia, ni estaba, ni se les esperaba. Sigan, sigan...

Unai Emery tiró de cambios en la caseta, dando entrada al inquieto Gameiro en punta y un náufrago Banega en la medular, un Sevilla necesitado se fue arriba y comenzó a cimentar una sensación de peligro en la zaga rojiblanca, desbordada por momentos en bandas, y que obligó a Valverde a mover ficha. Los leones empezaban a recordar errores propios de otros días y sufrían las rápidas transiciones en ataque andaluzas. El joven Aketxe sustituyó a Susaeta, ocupó la media punta, retrocediendo De Marcos al lateral diestro para taponar la vía de agua abierta e Iraola adelantó metros en banda. Funcionó. Un Etxeita pletórico por arriba y abajo, un Laporte sobrio y serio, un Mikel Rico al que si el sueldo le fuera en cada gota de sudor no lo haría el club ni con el superávit presupuestario, el Muniain más comprometido con la causa...

Cada uno de ellos, incluidas las pinceladas de calidad que dejó Aketxe o la brega de Guillermo arriba, aguantaron las intentonas de un Sevilla que sí que remató, pero nunca en ventaja ni con tiento. Se sufrió, pero más por la necesidad de la que venía el equipo que por un peligro real. La corta ventaja en el marcador se le hizo eterna al Athletic, que defendió con orden y acierto, que salió sin miedo cuando tenía ocasión, que encontró esta vez el aliento de una grada sabedora en el tramo final del choque que su equipo necesitaba de su empujón.

Y así llego al final, con los tres puntos en el zurrón gracias a otro gol de Aduriz, y sustentados en un brutal trabajo físico, juego, e incluso pragmatismo, que diría Valverde. San Mamés volvió a escuchar ópera, la de la victoria, la de ``Aida'' y su «lo, lo, lo...» bufandas al viento. Decía Mr. Pentland, aquel primer visionario que tuvo el Athletic, que «cuando se pierde, poco hay que decir y menos cuando se gana». No digamos nada más. Que suene la ``Marcha triunfal''.

Valverde: «Esto nos refuerza nuestra propia confianza»

Ernesto Valverde era el rostro de la satisfacción. Triunfo importantísimo ante un «fortísimo» rival como el Sevilla tras un partido que calificó de «muy disputado, difícil» y también de «bonito para el espectador» en el que se palpaba que «el valor de los puntos era incalculable» para ambos equipos, aun por diferentes motivos. «Hemos estado muy bien, sobre todo en la primera parte, defensivamente hemos estado fuertes y con situaciones propicias para marcar. Nos hemos adelantado, después ellos han apretado y no hemos llegado tanto como nos hubiese gustado, pero se notaba que el valor de los puntos era y es incalculable, a nosotros nos saben a gloria porque nos meten en una racha positiva», fue la valoración del técnico sobre lo acontecido en San Mamés. La victoria cobra más mérito si cabe porque enfrente estaba un equipo que «venía de una racha extraordinaria» y que podía colocarse líder si ganaba en San Mamés. El Athletic respira y, sobre todo, redobla confianza. «Ahora estamos más tranquilos y contentos porque hemos batido a un gran equipo. Esperemos que más allá de los puntos nos refuerce en nuestra propia confianza y de cara a los próximos compromisos. Que nos reafirme en lo que estamos haciendo», apuntó.

Txingurri fue preguntado también sobre el gran partido de Etxeita, de quien alabó que «es un jugador sobrio, contundente en las disputas, y tiene una gran virtud, que siempre está concentrado, siempre está pendiente de dónde esta el balón, el contrario y eso para un defensa es fundamental. Me alegré por él en Almería y mucho más hoy». J.V.

Aduriz no estará ante el Porto y todo apunta a que tampoco en Valencia

«Lesión muscular en los isquiotibiales de la pierna izquierda», fue el parte médico del Athletic sobre la lesión sufrida por Aduriz, que le hizo retirarse en el minuto 27 de partido. El donostiarra se perderá seguro el duelo ante el Porto este miércoles y casi seguro el de Valencia el domingo. El `20' ha marcado 7 de los 13 goles del equipo este curso. J.V.