No sé si nervios, pero ilusión supongo que máxima...

Las dos cosas. Ilusión máxima porque es un partido muy bonito, el ir a Bilbao, poder pisar San Mamés, que es espectacular, a todos los chavales les hace mucha ilusión. Y nervios, evidentemente, porque tampoco durante el año se puede hacer mucho para tener más partidos, y cuando llega éste se vive de una forma lo más bonita. El año pasado debuté con victoria aquí y desde luego que están esos nervios de competir y de intentar que la selección catalana haga un buen papel, aunque será difícil e igualado porque la vasca también es un gran equipo.

Porque es el habitual partido navideño, pero el rival, el escenario y el sentimiento reivindicativo de ambos en un momento así lo hace aún más especial.

Sí, sí. Aunque no son fáciles de hacer estos partidos, nuestras selecciones se los merecen. Este año teníamos esa invitación y la verdad es que me hacía mucha ilsión, hablé con los jugadores más cercanos, sobre todo los del Barça y Espanyol, y a todos les parecía genial. Desde luego que no será el típico partido de Navidad, porque se juntan dos pueblos hermanos y con un bien común, el que las dos selecciones puedan competir de forma oficial.

Aquí se ha hablado de jugar en fechas FIFA el año próximo, ¿en Catalunya se están dando pasos más allá de las declaraciones?

Sí, lo escuché el día que fuimos a Bilbao a presentar el partido. Aquí, la Plataforma proselecciones lleva tiempo intentado dar pasos que sean buenos para nosotros, también es verdad que el momento que vive nuestro país es especial. Desde hace un par de años el movimiento social ha crecido muchísimo, y muestra de ello el 11 de setiembre con tanta gente en la calle o el pasado 9 de noviembre con más de dos millones de personas votando un referéndum no vinculante para mi país que en este caso es Catalunya. Estamos en un momento clave de nuestra historia y coincidir esto con que yo esté en este cargo, pues es muy especial y un privilegio. Y repito, ojalá, ojalá haya pasos importantes por parte de nuestros políticos, de nuestra gente encargada de mejorar nuestra situación y por parte nuestra, como los seleccionadores vascos, intentar llevar al equipo más potente posible para demostrar también que seríamos totalmente protagonistas en una hipotética oficialidad.

Hace un año, cuando asumió el cargo de seleccionador, mostró su deseo de que la selección fuera la de todos los catalanes, sean independentistas o no.

Claro, para mí el fútbol es un fenómeno social que hay que tener en cuenta. Todos sabemos lo que pasa cuando hay un Barça-Madrid, que se para el país, o ver lo que ha supuesto la selección española en los últimos años para millones de españoles. Por eso al fútbol hay que tratarlo como tal, y si hay un partido de Catalunya creo que toda la sociedad catalana, independentistas o no, les guste el fútbol o no, vea que está compitiendo su país y este año fuera de nuestra tierra. Es verdad que los últimos años ha costado enganchar a la gente, quizá porque los rivales no son los que queremos, pero este año coincidimos dos rivales importantes y ojalá que se llene San Mamés.

¿Trae a Bilbo un selección catalana potente?

Estarán los que podemos traer... Hablando con Amorrortu y Etxarri ya lo comentamos. Pero tenemos buenos equipos los dos. Sí que es verdad que no pueden venir jugadores de Inglaterra, donde nosotros tenemos seis o siete jugadores, como David López en el Nápoles tampoco, algunos de Alemania, así que al final la base es el Barça y el Espanyol, y luego he encontrado buena colaboración de equipos de la Liga española. Para vosotros es más fácil porque la base la tenéis allí mismo, pero en mi caso tengo que ir a buscarlos y por suerte este año no ha habido problemas, incluso por los propios chavales que tenían mucha ilusión en venir.

Usted ha vestido nueve veces la camiseta de Catalunya y también ha sido internacional con España. ¿Es difícil explicar esa dicotomía entre lo sentimental y lo profesional?

Sí, porque si un jugador sale y hace algún comentario enseguida se aprovecha para meter cizaña. Los chavales tienen que hacer lo que les diga el corazón, y si les llama España irán porque son profesionales, porque nos hace ilusión jugar un Mundial, un Europeo, y cuando te llama Catalunya pues igual. Si algún día tienen la posibilidad de elegir, tendrán libertad de hacerlo. Yo no la tuve y fui con una y otra con la misma ilusión. Si tienen la suerte de hacerlo un día, ellos decidirán.