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Houellebecq crea polémica sobre el Islam con su nuevo libro

El nuevo libro de Michel Houellebecq ha desatado la polémica, en particular por su escenario-presagio de la toma de poder por un partido islámico en el Estado francés, que algunos interpretan como un capote intelectual a la extrema derecha del Frente Nacional.

En una entrevista publicada el fin de semana por el periodista Sylvain Bourmeau en su blog, Michel Houellebecq (Isla de La Reunión, 1958) explica que «Soumission», la nueva novela que llega mañana a las librerías de Ipar Euskal Herria, tiene un elemento común con las anteriores, «la idea de que alguna religión es necesaria».

Pero lo que cambia con respecto a sus anteriores obras es que ahora no son las religiones creadas por los personajes de sus precedentes novelas, sino que se trata de una existente, el islam, sobre la que ha cambiado su opinión, después de haberla calificado hace unos años de «gilipollas».

«En el fondo -argumenta-, el Corán es mejor de lo que pensaba, después de leerlo. La conclusión más evidente es que los yihadistas son malos musulmanes y que la guerra santa de agresión no está autorizada en principio, solo es válida la predicación».

«Soumission» describe una Francia en 2022 en la que ante la pujanza del ultraderechista Frente Nacional (FN), primer partido del país, las dos formaciones tradicionales de Gobierno, el Partido Socialista y la conservadora UMP se alían con un partido musulmán, la Fraternidad Musulmana, cuyo líder, Mohamed Ben Abbes, se convierte gracias a ellos en presidente de la República.

«Panfleto político»

Esos son algunos de los elementos que han desatado una polémica en la que algunos, como el diario «Libération», acusan al escritor de dar un respaldo intelectual al FN de Marine Le Pen, que asienta en parte su popularidad en su discurso sobre la supuesta creciente influencia de la inmigración árabe-musulmana. «Libération» considera el libro «un panfleto político tanto como una obra literaria», del que no escatima alabanzas por su calidad, que contribuyen a su capacidad sugestiva.

Precisamente, por la conjunción del alto nivel literario y de las evocaciones de la trama de la novela en el actual escenario político francés, el director del diario, Laurent Joffrin, predice que el nuevo Houellebecq va a pesar en el debate público porque respalda las ideas del Frente Nacional.

«En resumen -dice Joffrin- permite calentar el asiento a Marine Le Pen (presidenta del FN) en el café de Flore», que fue el punto de encuentro de intelectuales parisinos.

Es decir, que para el director del periódico, la fábula del autor da una dimensión intelectual a las ideas de Le Pen sobre la amenaza que supone para el Estado francés la supuesta creciente influencia de la inmigración árabe-musulmana. Los que han leído «Soumission» se refieren a una trama ambientada en la Francia de 2022, en la que el protagonista es François, un profesor de la universidad de la Sorbona, soltero, alcohólico y nostálgico de las mujeres sumisas a la antigua.

De la trama de su nuevo libro, Houellebecq explica que ha procedido a una aceleración de la historia, pero no puede decir que sea una provocación en la medida en que no dice cosas que crea totalmente falsas solo para fastidiar. Condensa una evolución a su juicio verosímil.

El escritor cree poco probable el escenario

Houellebecq admite en la entrevista que lo que es factible que ocurra, no ya en 2022 sino en las próximas elecciones presidenciales del Estado francés en 2017, es el triunfo de Le Pen. En cuanto a las posibilidades de un partido musulmán, dice que en caso de que existiera, tardaría «varias decenas de años» en cuajar en la política francesa.

De hecho, considera que el votante musulmán en el Estado francés está hoy «en una situación esquizofrénica» porque se encuentra «muy alejado de la izquierda» en cuestiones sociales como el matrimonio homosexual, pero tampoco tiene sentido que se decante «por la derecha o menos todavía por la extrema derecha, que lo rechaza con todas sus fuerzas».

El novelista insiste en que su libro, al presentar la hipótesis de una toma de control del Estado francés por el islam, no va a tener «ningún efecto» en el debate sobre el estereotipo de los musulmanes como un peligro, y que él no es un intelectual, no defiende «ningún régimen» y reivindica «la irresponsabilidad». GARA