«No hay dinero ni riqueza superior al cariño popular», ha agradecido el secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, después de recibir el calor de las centenares de personas que han llenado el antiguo recinto fabril de Fabra i Coats, en el barrio barcelonés de Sant Andreu, donde Otegi ha concluido una maratoniana jornada rodeado de referentes políticos, culturales y sociales de los Països Catalans.

Otegi ha agradecido «la verdadera lección» que está dando Catalunya con el proceso independentista, que ha situado «a la vanguardia de la recuperación de la soberanía». «Nosotros vamos los últimos ahora», ha apuntado en otro momento de la intervención.

En este sentido, ha reconocido que «es difícilmente defendible que lo que existe en nuestro país hay un proceso de paz, porque hay un Estado que se opone a tal escenario». «El Estado no tiene oferta política, esa es su debilidad y por eso no quiere hablar de política», ha apuntado como explicación, después de recordar que ni en Europa ni en Catalunya nadie entiende la posición del Estado.

«Eso jamás debió suceder»

Antes de acabar pidiendo que la primera embajada de la República catalana se inaugure en Euskal Herria, Otegi se ha referido a «las páginas pendientes de la historia trágica de nuestro país». En primer lugar, sobre los presos, ha insistido en que, pese a ser un tema delicado, la demanda es que «todos y todas tienen que salir para seguir construyendo país». También ha recordado que la posición del Estado sobre el desarme es inaudita. 

Pero Otegi también ha aprovechado la proximidad geográfica de Hipercor para hacer suyo «el dolor de este barrio». «Aquí sucedió un hecho trágico, presente en la mente de todos, y yo no rehuyo ninguna de las responsabilidades por lo ocurrido estos años. Comparto ese dolor», apuntado, antes de concluir: «Eso jamás debió suceder».