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En pleno «tercer confinamiento», París acaricia los oídos con el fin de la urgencia sanitaria

Finalmente puede que no sea solo un golpe de comunicación de Madrid sino una estrategia europea destinada a derogar las medidas de urgencia sanitaria antes de vacaciones de verano. Tras el anuncio ayer de Pedro Sánchez, hoy se sabe que Emmanuel Macron prepara una propuesta en el mismo sentido.

Los centros escolares han cerrado sus puertas, también en Ipar Euskal Herria, con la entrada en vigor del «tercer confinamiento». (Guillaume FAUVEAU)
Los centros escolares han cerrado sus puertas, también en Ipar Euskal Herria, con la entrada en vigor del «tercer confinamiento». (Guillaume FAUVEAU)

Una comparececia sorpresa, un paso inesperado, una decisión pegada al escenario electoral en Madrid, un anuncio precipitado. Son algunas de las valoraciones que ha merecido la comparecencia ante la prensa que protagonizó el martes 6 de abril el pres¡dente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

Sin embargo, esa idea de proyectar un horizonte sin estado de alarma o estado de urgencia sanitaria puede abrirse camino a escala europea en los meses previos al verano.

De momento, esa misma perspectiva, muy pegada al optimismo suscitado por la «llegada masiva de vacunas», sin obviar tampoco el factor electoral -en el Estado francés hay convocadas elecciones a regiones y departamentos en junio-, se alimenta tanto al norte como al sur de los Pirineos.

De hecho los calendarios de vacunación parecen bastante compatibles, tal como se refleja en las últimas previsiones hechas públicas por los ejecutivos de Macron y Sánchez. Ello apuntaría a que para mediados de julio un 70% de los ciudadanos de Euskal Herria podrían estar ya vacunados.

Desde marzo de 2020

Fuentes parlamentarias en París han confirmado este miércoles que el Gobierno de Emmanuel Macron, que anunció el jueves pasado un «confinamiento adaptado» que se prolongará durante cuatro semanas, debatirá un informe en el que se abogará por dar fin al régimen de excepción legal que se instauró en marzo de 2020 para hacer frente a la crisis sanitaria causada por la pandemia.

De esta forma, el proyecto gubernamental podría someterse al debate de la Asamblea Nacional en la primera quincena de mayo; esto es, a unas semanas de que decaiga, el 1 de junio, el estado de urgencia sanitaria renovado, sin grandes emociones, por el Legislativo galo el pasado 9 de febrero.

Ya en esa votación de la prórroga quedó patente el rechazo creciente a una prerrogativa legal que concentra las decisiones más si cabe en manos del presidente de la República.

Esa prórroga que permite ordenar medidas como el toque de queda –fijado actualmente a las 19.00 horas– o los cierres perimetrales –aplicados en estas cuatro semanas en el conjunto hexagonal- fue acordada por 278 votos a favor, 193 en contra y 13 abstenciones.

A un lado y otro de los Pirineos las dificultades de los gobernantes para sacar adelante las votaciones de renovación de ese régimen de urgencia han ido creciendo conforme se alargaba la crisis sanitaria.

Mantener medidas sanitarias

Si los planes atribuidos al Gobierno galo hoy se confirman, cuando el 1 de junio decaiga el estado de urgencia sanitaria París renunciaría al uso de unas medidas del todo excepcionales, por más que se hayan convertido en la pauta cotidiana de millones de personas.

Por contra, todo apunta a que el Ejecutivo galo optaría por mantener las decisiones de índole netamente sanitaria como el uso de la mascarilla, la intensificación de los test y la solicitud de un PCR negativo en frontera, o la limitación de aforos en establecimientos y/o espacios públicos.