INFO

El G20 alerta de las crisis climática y alimentaria y la «mayoría» condena la guerra en Ucrania

Los líderes del G20 han reafirmado su compromiso con los objetivos climáticos del Acuerdo de París y han prometido «acciones urgentes» frente a la crisis alimentaria. Además, la «mayoría» del bloque ha condenado la guerra en Ucrania y ha rechazado «el uso o la amenaza de usar armas nucleares».

Emmanuel Macron y Joe Biden charlan en Bali con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI. (Bay ISMOYO | AFP)

«Nos proponemos a realizar esfuerzos para limitar el aumento de temperatura a 1,5 grados. Esto requerirá acciones significativas y efectivas y el compromiso de todos los países», señalan los líderes dentro de una declaración de diecisiete páginas aprobada al término de la cumbre del G20 que ha concluido este miércoles en Bali.

Los líderes del G20 han subrayado que la implementación de los acuerdos de París debe «reflejar la justicia y el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas» por las diferentes circunstancias estatales.

En este sentido, el grupo de los Veinte ha exigido a los países desarrollados que «cumplan con su compromiso» de movilizar 100.000 millones de dólares anuales para mitigar los efectos del cambio climático en países en desarrollo y apoyar la transición energética.

«Llamamos a un apoyo continuo a los países en desarrollo, especialmente los más vulnerables, para dar acceso a energía asequible, fiable, sostenible y moderna», han indicado los líderes.

El llamamiento a la movilización de las inversiones va en la línea del acuerdo anunciado el martes por una alianza de potencias con EEUU y Japón a la cabeza para movilizar una inversión de 20.000 millones de dólares del sector público y privado para ayudar a reducir la dependencia del carbón en Indonesia.

Los representantes del G20 han subrayado que para lograr la transición energética y alcanzar las emisiones neutras de carbono a mediados de siglo será necesaria una combinación de medidas fiscales y de otros tipos, como la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles «mientras se mantiene un apoyo dirigido a los más pobres y vulnerables».

El grupo ha reconocido que el mundo vive «un tiempo de crisis climáticas y energéticas agravadas por desafíos geopolíticos» y ha destacado la necesidad de «rápidamente transformar y diversificar los sistemas de energía» con el compromiso reafirmado de «alcanzar la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero alrededor de la mitad del siglo», sin especificar el año.

Los países participantes en la cumbre se han comprometido a «promover la inversión en infraestructuras e industrias sostenibles, así como tecnologías innovadoras y un amplio abanico de mecanismos fiscales, regulatorios y de mercado para apoyar las transiciones energéticas limpias».

Por otro lado, los líderes del G20 también han exigido a todos los países que adopten el Marco Global de Biodiversidad con el fin de revertir la pérdida de biodiversidad en el planeta de aquí a 2030.

«Aumentaremos los esfuerzos para combatir la pérdida de biodiversidad, la deforestación, la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía, así como restaurar la tierra ya degradada y alcanzar la neutralidad en esta área en 2030», indicaron.

Crisis alimentaria

En la citada declaración final, con 52 puntos referidos a distintos temas, hay varios destinados a seguridad alimentaria. Concretamente, el grupo se compromete a «tomar acciones coordinadas para hacer frente a los retos de seguridad alimentaria, incluyendo la subida de los precios y el déficit global de materias primas y fertilizantes», si bien no aporta todavía ninguna medida concreta.

De hecho, una de las posibilidades contempladas, que era que se acordara en Bali la extensión del acuerdo adoptado en julio para dar salida a cereales y fertilizantes rusos y ucranianos, que expira el 19 de noviembre, no se ha materializado.

El comunicado se limita a subrayar la «importancia de su continua implementación por parte de todas las partes relevantes».

En este sentido, poco antes de que se divulgara la declaración conjunta final, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que forma parte de la coordinación y supervisión del acuerdo, ha asegurado en una rueda de prensa que «Putin me dio luz verde para renovarlo».

El acuerdo de exportación de cereales fue firmado en julio y, aunque fue suspendido por Rusia en octubre brevemente por un ataque ucraniano en la península de Crimea, fue retomado poco después y en principio expirará el 19 de noviembre.

Unos 10 millones de toneladas de cereales y otros alimentos procedentes de Ucrania y Rusia han sido exportados ya mediante el acuerdo del grano o la Iniciativa de Cereales del mar Negro, según señaló la semana pasada la ONU.

Naciones Unidas ha alertado de que el mundo se enfrenta a una crisis alimentaria mundial «sin precedentes» y puede que 2022 sea un año en que vuelva a alcanzarse un récord en el número de personas que pasan hambre.

El número de personas con hambre o desnutrición severa ha aumentado el 22% en lo que va de año, hasta los 345 millones, debido a la crisis climática, los conflictos y las dificultades económicas, según cifras del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Guerra en Ucrania

Precisamente, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania figura también en esa declaración, que recoge que «la mayoría de los miembros condenan firmemente la guerra en Ucrania» y «reclaman la retirada total e incondicional de Rusia de territorio ucraniano».

El documento indica que los países miembro «lamentan en los términos más firmes la agresión de Rusia contra Ucrania».

«La mayoría de los miembros condenan firmemente la guerra en Ucrania y subrayan que está causando un sufrimiento humano inmenso y exacerbando las fragilidades existentes en la economía global, constriñendo el crecimiento, aumentando la inflación, alterando las cadenas de suministro, elevando la inseguridad energética y alimentaria y elevando los riesgos para la estabilidad financiera», dice el texto.

Sin embargo, el documento recoge que «hay otras visiones y valoraciones diferentes sobre la situación y las sanciones», lo que refleja las divisiones en el seno del organismo, en el que está integrado Rusia y del que también forma parte China.

{Reconociendo que el G20 no es el foro para resolver asuntos de seguridad, reconocemos que los asuntos de seguridad pueden tener consecuencias significativas para la economía global», dice el documento, que agrega que «es esencial respetar el Derecho Internacional y el sistema multilateral que salvaguarda la paz y la seguridad».

En este sentido, apunta que «esto incluye defender todos los propósitos y principios recogidos en la Carta de Naciones Unidas y respetar el Derecho Humanitario, incluida la protección de civiles e infraestructura en conflictos armados».

«El uso o la amenaza de uso de armas nucleares es inadmisible. La resolución pacífica de conflicto, los esfuerzos para abordar crisis, el diálogo y la diplomacia y el diálogo son vitales. La era actual no debe ser una de guerra», resalta el documento del G20 tras la cumbre de los últimos días en Indonesia.