JAVI RIVERO
GASTROTEKA

La pasta de andar por casa

Aunque admita que elaborar pasta no es su fuerte, el chef de 7K se anima a acercarnos a esta popular preparación y a sus inmensas posibilidades en cuanto a combinaciones se refiere. Además de aportar su particular truco para la cocción, comparte con los lectores tres originales recetas.

Se acercan las navidades, familia. Comienzan a sonar cánticos por todas partes y llegan los anuncios de televisión; María Carey, la canción “Mi burrito sabanero”, los villancicos más clásicos y las versiones más random que nos podamos imaginar. Es como una mini tortura que se repite todos los años, pero que, al final, a todos, en mayor o menor medida, nos termina enganchando. ¿Será la magia de la Navidad? ¡Ja! Magia… sí, magia… ¡Ah! Y si no sabéis por qué menciono a María Carey o “Mi burrito sabanero”, preparad el cante que, para cuando os deis cuenta, estaréis entonando a coro estos dos temazos. Tiempo al tiempo... buscadlos por Youtube.

Pero no os preocupéis, amigos que, a pesar de que estamos a las puertas de estas fechas tan señaladas y los medios de comunicación se empeñan en que todo gire en torno a ellas, todavía queda un ratito con el que centrar las cosas del comer en otra dirección.

Lo cierto es que llevaba tiempo queriendo compartir con vosotros esto que os voy a contar ahora. Me encanta comer y cocinar pasta. La pasta bien hecha, por supuesto, pero sin llegar a ponernos exquisitos en plan: «si la pasta no está hecha con harinas ecológicas, molidas a piedra y no ha pasado por las manos de una nonna (abuela) italiana auténtica, no me vale». No, familia, para algunas cosas hay que aprender a relajarse y a conformarse con lo bueno sin ser lo mejor. Puede que me arrepienta de mis propias palabras, pero con la pasta me permito y me perdono pecar.

A pesar de que el hecho de hacer pasta en casa desde cero me genera una envidia e impotencia terribles a partes iguales, he aprendido a centrarme en la parte salsera y disfrutarla más desde este punto del cocinado y el terminado del plato. Me he atrevido a hacer la pasta desde 0 en varias ocasiones y confieso que no he obtenido en ninguna de las veces el resultado que me hubiera gustado. Tengo amigos a los que se les da increíblemente bien hacer la pasta casi desde el cultivo del cereal, pero con mis manazas, de momento, no hay recorrido posible. Así que parto de un par de marcas comerciales que me convencen bastante y me centro en la otra parte, la que acompaña y moja el conjunto. Este es un mundo infinito, para el que cada uno puede elegir durante cuántos kilómetros cocina y en qué dirección. Y, como os adelantaba, hoy os voy a dejar varias propuestas con las que gozar en menos de 20 minutos.

Existen miles de tipos de pastas, incluso sin llegar a hablar de las que van rellenas. Por eso, no siendo mi fuerte elaborar pasta -y confieso que tampoco es una parte de la cocina que disfrute tanto como la parte del guiso puro y duro-, me centro en buscar y comprar la mejor pasta posible.

Arranco con un truco para la cocción y terminación que me gusta repetir con prácticamente toda la pasta que no va rellena (que también podría ser). Siempre sigo las indicaciones del envoltorio de la pasta que compro. Es decir, si indica 12 minutos de cocción, los respeto, pero los divido. Cuezo en abundante agua con sal la pasta los primeros 6 minutos y, seguidamente, los últimos 6 los termino en la propia salsa con la que vaya a servirla. Si la salsa es bastante espesa, tipo boloñesa o un ragú clásico, la cuezo algo más de tiempo en agua y algo menos en la salsa. Podrían ser, para este caso, 9 minutos en agua y 3 en salsa. De esta manera, aseguramos que la pasta absorba algo más de sabor y quede todo más integrado. Pero, como todo en esta vida, amigos, esto también es cuestión de gustos. Lo más importante antes de servirla, es probarla. Y pensad que, cuanto más espesa sea la salsa, o menos agua tenga, más le va a costar terminar de cocerse y, por lo tanto, más convendrá cocerla antes.

Y ahora sí, vamos a por lo rico rico.

Penne con calabaza y queso: Podemos partir de un puré de calabaza bien hecho, uno que os guste (si es casero, mejor). A este puré le añadimos otro tanto de agua y una pizca de sal y pimienta. Lo calentamos todo y añadimos la pasta desde crudo, a cocer. Es importante que hierva suave, no hace falta un borbotón fuerte. Removed de vez en cuando la pasta y respetad el tiempo de cocción del envoltorio. Cuando esté cocida, retiradla a un bol y mantened la pasta ahí. Subid el fuego del puré con el agua para que reduzca y añadid abundante queso rallado para que vaya cogiendo textura y sabor. Cuando tenga textura de salsa, añadid a la pasta por encima y mezcladlo todo junto. Aunque parece una receta larga, realmente nos llevará menos de 15 minutos prepararla.

Espagueti con merluza y pilpil: Vamos a partir de que tengamos un buen caldo de pescado en casa. Cocemos los espaguetis en el caldo y, mientras se cuecen, vamos a preparar un ajito frito con cayena. Se rehoga todo hasta que empiece a coger color y, justo cuando empiece a hacerlo, se añade la pasta y un chorrito de vino blanco. Se rehoga todo 2 minutos sin parar de remover y se pasa a un bol. Se añade un pedazo de merluza cocida o confitada y se desmenuza con la pasta. Se añaden un par de cucharadas de pilpil o de salsa verde, y a gozar.

Caracolas con carrilleras: Aquí lo más importante es preparar unas buenas carrilleras guisadas con una salsa potente. La gracia está en cocer, como os decía en los párrafos anteriores, la mitad del tiempo que se indique en el envoltorio. Sin dejar que se enfríe, se mezclan las carrilleras con la salsa y la pasta en una bandeja de horno. Tiene que estar bien rellena y tiene que tener buena proporción de carne con respecto a la pasta. Poned el horno en modo “grill” y caramelizad la bandeja por la parte superior. Así, sin nada más, esta receta mola mucho, pero si queréis subir un peldaño, añadid queso tipo Ossau Irati bien ralladito a la mezcla y después, antes de meter la bandeja al grill, cread una capa de queso por encima. Esto solo para los más viciosos o gente que tenga el cerebro en el estómago, como yo.

Amigos, familia, on egin!