
La elección del sucesor número 267 de San Pedro vuelve a activar a la multitudinaria nómina de ‘vaticanistas’ con sesudos análisis donde priman las especulaciones y las fake news frente a las certezas. Se cita a 15 cardenales «papables», entre los que se encuentra Matteo Maria Zuppi, arzobispo de Bolonia, miembro de la Comunidad de San Egidio, que participó en el acto de desarme de ETA que se llevó a cabo el 8 de abril de 2017 en Baiona, y se cuela un franciscano navarro, François-Xavier Bustillo Ripodas, obispo de Ajaccio, admirado por Bergoglio y Macron.
¿Será africano o asiático? Es una de las interrogantes de las miles que surgen en torno a la decisión que pueda adoptarse en el cercano cónclave. Las congregaciones generales irán dando pistas, aunque será difícil discernir entre la paja y el grano, ya que si atendemos al tsunami de informaciones en las redes sociales desde la caverna mediática que tanto ha vapuleado a Francisco el cardenal ultra guineano Robert Sarah es firme candidato, al igual que el estadounidense Raymond Leo Burke, el húngaro Péter Erdo, el neerlandés Willem Jacobus Eijk o el alemán Gerhard Ludwig Müller, a quien el fallecido destituyó como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Todo se dirimirá en los debates que se abran en la Capilla Sixtina, ese escenario rodeado de misterio como el que empapa a todos los entresijos de una institución como la Iglesia católica, donde transparencia hay poca y mucha literatura adornada por términos grandilocuentes, con Nostradamus y sus profecías de por medio.
Todo es imprevisible, aunque se apuntan las identidades de al menos 15 purpurados cuya voz será decisiva de cara a la elección de un candidato con dos tercios de los 135 cardenales electores. A pesar de que la vista ha virado hacia la periferia, cultivada durante el papado que acaba de concluir, los nombres de italianos vuelven a estar entre los destacados, como lo es Pietro Parolin, el actual secretario de Estado, que a sus 70 años está situado en primer plano en la escena internacional. Como miembro del Consejo de Cardenales desempeñó un papel clave en la firma en 2018 de un acuerdo histórico entre la Santa Sede y China sobre el nombramiento de obispos.
Si a Parolin se le califica de «hombre de consenso» entre facciones, Matteo Maria Zuppi, actual presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, es la mejor opción de los progresistas. Experimentado diplomático, de 69 años, ha sido enviado especial de Francisco para la paz en Ucrania. Goza de gran popularidad en su país por su labor con los más desfavorecidos. Aboga por la acogida de migrantes y de los fieles homosexuales en el seno de la Iglesia.
Vinculado al mundo eslavo es el italiano Claudio Gugerotti, diplomático que ha ejercido de nuncio en Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia y Ucrania, así como en Reino Unido. Gugerotti, a quien el papa consultó sobre la guerra entre Rusia y Ucrania, es desde 2022 prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales.
Otra persona clave en el actual escenario internacional es Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, de 60 años. Buen conocedor de Oriente Medio, este franciscano y teólogo italiano habla hebreo e inglés, y llegó a Palestina en 1999. En septiembre de 2023 se convirtió en el primer patriarca de Jerusalén en ejercicio –la más alta autoridad católica de Oriente– en ser nombrado cardenal. Un mes más tarde, estalló el conflicto en Gaza, donde sus repetidos llamamientos a la paz lo han puesto en primer plano.
En las quinielas se incluye a Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella y presidente de la Confederación Episcopal Francesa, de 66 años. Nació en Argelia en el seno de una familia de ‘pieds-noirs’, de origen andaluz. En 2013, se convirtió en obispo auxiliar de la ciudad portuaria francesa, desde donde aboga por el diálogo interreligioso y por la defensa de los migrantes, dos pilares del pontificado de Francisco.
Cardenal navarro de Ajaccio
En la Capilla Sixtina estará también el iruindarra François-Xavier Bustillo Ripodas, de 56 años, sacerdote franciscano al frente de la diócesis de Ajaccio, que fue elevado al cardenalato en septiembre de 2023. Ha ganado notoriedad en los últimos tiempos, al situarle como un nombre cercano a Bergoglio al que invitó a visitar Corsica y lo logró.
Originario de Arre, no esquiva el tema de la migración, como tampoco lo hace Anders Arborelius, primer obispo católico de nacionalidad sueca, que defiende Europa como tierra de acogida de migrantes. Cardenal desde 2017, este católico converso en uno de los países más secularizados del mundo se opone a prelados alemanes que desean modernizar la Iglesia, a los que Roma acusa de querer crear una nueva rama protestante.
En el ala conservadora europea sobresale el arzobispo de Budapest, Péter Erdö, de 72 años, con una fluida relación con el Gobierno de Viktor Orban. Considerado un intelectual es, firmemente provida, se opone al celibato opcional para los sacerdotes y está en contra de la aceptación de las uniones homosexuales y defiende los valores de la Europa cristiana.
Otra pieza clave en el cónclave será el maltés Mario Grech, de 68 años, secretario general del Sínodo de los Obispos, que desempeñó un papel destacado en la asamblea convocada por Francisco sobre el futuro de la Iglesia, aunque no se lograron objetivos muy ambiciosos, especialmente por parte de los sectores más progresistas.
La opción filipina
Otro valor emergente de las iglesias de la periferia es el filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Hombre de la curia pero que representa el continente asiático, que es la «esperanza» para la Iglesia católica, según algunos observadores. En 2013, ya estuvo entre los «papables».
Aunque es definido como progresista, ha criticado duramente un proyecto de ley filipino sobre salud reproductiva y se ha pronunciado enérgicamente contra el aborto y la eutanasia. Tagle argumenta que existen situaciones en las que los principios morales universales no se aplican, como la comunión para las parejas que conviven en matrimonio pero sin matrimonio sacramental y las cuestiones relacionadas con la homosexualidad.
Quien también mantiene una posición ambivalente es el arzobispo metropolitano de Colombo, Malcolm Ranjith, de 77 años, aunque ha demostrado cercanía con Francisco y ferviente preocupación por los pobres, es un cardenal con raíces en el pontificado de Benedicto XVI y no ha desdeñado alentar la celebración de la misa tradicional en latín. Con experiencia en la curia donde fue secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos después se trasladó a Sri Lanka y podría ser la baza del Sur.
El ghanés Peter Turkson, uno de los cardenales africanos más influyentes, es considerado a menudo como el favorito para convertirse en el primer papa negro. Nacido hace 76 años en una familia modesta de 10 hijos, habla seis idiomas y ha acudido en varias ocasiones al Foro Económico Mundial de Davos para alertar a los líderes empresariales de los peligros de la economía.
Aunque es muy difícil que el próximo papa sea africano, Fridolin Ambongo Besungu es la opción más probable, según algunos analistas. Nacido en la República Democrática del Congo, de 65 años y arzobispo de Kinshasa, es el único cardenal africano en el Consejo de Cardenales, el comité de asesores, que creó Francisco.
Como presidente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar, en enero de 2024 firmó una carta expresando su oposición a la declaración del Vaticano que autoriza a los sacerdotes a impartir bendiciones a las uniones homosexuales. En una entrevista de 2023, Ambongo afirmó que «África es el futuro de la Iglesia, es obvio».
El actual prefecto del Dicasterio para los Obispos, el estadounidense originario de Chicago Robert Francis Prevost, de 69 años, encargado de asesorar al papa en los nombramientos, puede ser una baza tanto para aquellos que quieren un hombre de curia pero también del continente americano. Fue misionero en Perú, y años después fue nombrado arzobispo-obispo emérito de Chiclayo, en el país andino. Es presidente de la Comisión Pontificia para América Latina.
El arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, de raíces irlandesas-estadounidenses, es un conservador teológico, firmemente opuesto al aborto y una baza para los conservadores aunque en los últimos meses se ha opuesto con fuerza a las políticas contra los migrantes de Donald Trump. Su nombre ya sonó con fuerza en el anterior cónclave. Con gran presencia en las redes sociales. coordinó la lucha contra la pederastia entre 2002 y 2009 en la diócesis de Milwaukee, en Wisconsin.

«NAIZek euskal kulturgileak ukatu»?, NAIZen erantzuna

Cerdán dimite de sus cargos tras hablar el Supremo de «consistentes indicios» de comisiones

EH Bildu pide prudencia y que se «investigue hasta el final» la adjudicación de Belate

Fermin Muguruzaren Anoetako kontzerturako jakin beharreko guztia
