Alessandro Ruta

«Melonismo» y poco más, balance de un mes

Balance del primer mes de la líder ultraderechista como jefa de Gobierno italiano: «Doña Giorgia» parece muy preocupada, sobre todo por la actitud de sus aliados, que intentan ponerle a prueba con ideas tan raras como «el bonus-boda».

Meloni ha dado algunas pistas en este primer mes en el cargo.
Meloni ha dado algunas pistas en este primer mes en el cargo. (Filippo Monteforte | AFP)

Dios, patria, familia, «melonismo» y poco más. Viejos eslóganes fascistas y actualidad italiana conforman el primer mes de Giorgia Meloni como jefe, ¿o jefa? de Gobierno. Es muy temprano para hacer balances, pero ya se puede percibir cuál será la tendencia del gabinete nacido de las elecciones del pasado 25 de septiembre y confirmado oficialmente el 29 de octubre. Veremos muchas decisiones paternalistas, o maternalistas según el momento, y los peores enemigos de la líder de Fratelli d'Italia serán sus aliados: Matteo Salvini y la Liga Norte y Silvio Berlusconi con su eterna Forza Italia.

Que no se diga que «doña Giorgia» no tiene personalidad. No, la primera decisión tomada por su gobierno ha sido la norma «anti-rave», es decir, sanciones duras contra las personas que participen a estos festivales de música techno metiéndose de todo. Había prometido una intervención dura e inmediata para bajar el coste de las facturas energéticas y de la luz, pero la prioridad ha sido la lucha contra los «drogadictos» y sobre todo contra las aglomeraciones.

«Raves», aglomeraciones, bodas... recursos que emergen de la chistera como problemas mientras se obvian la crisis energética o el maltrato a los migrantes

 

Un claro ballon d'essai, una especie de señal para que los italianos entiendan qué es lo más relevante. ¿Empresas que cierran por el coste elevadísimo de la luz o del gas? Nada. ¿Y cientos de hinchas de Mussolini, niños incluidos, celebrando la Marcha sobre Roma en Predappio, la ciudad del Duce? Tampoco nada. En este caso, ni siquiera sanciones por aglomeración, solo es folklore...

E in secundis, las bodas, un sector castigado por la pandemia y sus secuelas. Pero no las bodas civiles u homosexuales, sino las ceremonias religiosas en la Iglesia. Desde la auténtica chistera ha sacado la idea el diputado Domenico Furgiuele, de la Liga Norte; un Black Friday perpetuo para poderse darse el sí ante el altar sin gastar demasiado o sin desangrarse: 20.000 euros de bonus-boda ¿Con recibo, sin recibo? Este es el problema auténtico, no la crisis de los migrantes o de las relaciones diplomáticas que se han desplomado con el Estado francés (basta mirar las fotos con el presidente Macron para notar claramente la tensión en la cara de Giorgia Meloni).

Menudos aliados

«Dios me guarde de mis amigos, que yo me encargo de los enemigos» es un dicho muy popular en Italia. Y Meloni debería tener mucho cuidado tanto con la Liga Norte como con Forza Italia. El partido de Matteo Salvini, hundido recientemente por la muerte de Roberto Maroni, exministro de Interior e histórico dirigente de la Liga, se está precipitando en las encuestas. «El capitán», este el mote de Salvini, no se conforma con ser no ya la segunda sino la tercera rueda del carro de la coalición y busca la atención como lo hacen los niños: durante la trágica inundación en la isla de Ischia este pasado fin de semana hasta adelantó el balance de los muertos (al final casi acertó, pero no es una gran estrategia), y tuvo que ser desmentido por las autoridades y por el mismo ministro de Interiores, Matteo Piantedosi.

Salvini ha tenido que ser desmentido sobre la tragedia de Ischia y a Berlusconi no le gusta verse atado por una mujer a la que presupone haber inventado políticamente

 

Berlusconi, por contra, después de haber trapicheado para lograr un par de ministerios más, arriesgando incluso la estabilidad de la coalición, parece haberse tranquilizado. Los rumores que vienen de sus entornos hablan de un «Cavaliere» muy enfadado con la «enana rubia», es decir, Giorgia Meloni, como ha insinuado el portal Dagospia, siempre muy al día de los cotilleos del poder. A Berlusconi tampoco le gusta verse atado por una mujer que él presupone haber inventado políticamente, y junto con Salvini está metiendo bastante presión, como se ha visto en la aprobación de la ley de los presupuestos económicos.

El próximo paso será la abolición o la reducción de la ayuda para los más pobres, el llamado ‘Reddito di cittadinanza’: inventado e introducido por el Movimiento Cinco Estrellas en la anterior legislatura, en muchos casos ha sido otorgado a gente que realmente no lo necesitaba, incluso a mafiosos. Los 5S ya están en pie de guerra y suben en las encuestas, junto a Fratelli d’Italia, que si las elecciones fueran mañana lograría el 31%.

De todas formas nadie quiere volver a las urnas. Ha pasado un mes bastante turbulento, pero ha pasado para la «reina de la Garbatella»; faltan 59 más para acabar la legislatura, un objetivo mínimo ante una izquierda perdida en el laberinto de sus crisis.